Actriz cubana advierte que la solidaridad con el Movimiento San Isidro crece de manera proporcional a la campaña de descrédito del régimen

Movimiento San Isidro/Imagen de archivo

La actriz cubana Lynn Cruz advierte la solidaridad con el Movimiento San Isidro crece de manera proporcional a la campaña de descrédito a la que han sido sometido sus miembros por parte del oficialismo.

Al tiempo que explica que la miseria que se vive en la Isla es tal, que el pueblo terminará por desear convertirse en «mercenario» si con ello llega a satisfacer sus necesidades básicas.


«¿Se fijaron cómo la TV continúa siendo un arma del régimen? No es en vano que invirtieran en Atec Panda para poder garantizar el efecto de la propaganda. Durante estos 61 años han pasado por ahí hasta militares de alto rango como el general Ochoa para exponerlos al escarnio y a la humillación pública. Si así fue con los de arriba, qué se puede esperar para el Movimiento San Isidro?», cuestiona.

Se fijaron cómo la TV continúa siendo un arma del régimen? No es en vano que invirtieran en Atec Panda para poder…

Publicada por Lynn Cruz en Martes, 8 de diciembre de 2020

«La solidaridad hacia el Movimiento crece tanto dentro como fuera de la isla, y es proporcional al descrédito del régimen hacia sus miembros», aseguró.

«No he visto a la poeta Katherine Bisquet leyendo sus poemas, por ejemplo, usan siempre las imágenes o expresiones torpes que puedan ajustarse al mercenarismo en el que casi nadie cree. Cuidado que hay tanta miseria que el pueblo cubano terminará deseando ser mercenario si esto le puede satisfacer sus necesidades básicas como lavarse los dientes con pasta, el cabello con champú, lavar la ropa con detergente o comerse un trozo de pollo», añade.

«Por otra parte, no veo lujos en las imágenes, más bien pornomiseria, razón de más para que las personas no les crean el cuento», detalla.


Cruz pregunta por qué no comparten las imágenes en la que oficiales de la Seguridad del Estado rompieron a patadas la puerta de la sede del Movimiento San Isidro, en Damas 955, La Habana Vieja.

«¿O el momento en que la Seguridad del Estado travestida de paramédicos los sacó de allí en contra de su voluntad? ¿Por qué no muestran imágenes de la protesta masiva frente al Ministerio de Cultura ante la indignación por el trato inhumano que recibieron estas personas?», concluyó.


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