Campesino matancero pierde 150 quintales de piña por mala gestión de dirigentes, en medio de la escasez de alimentos

Matancero pierde 150 quintales de piña por mala gestión de dirigentes/Imágenes tomada de redes sociales y Escambray

Pese a la escasez de alimentos en Cuba, un campesino de la Isla denuncia que por la mala gestión y corrupción de muchos dirigentes, se perdieron «150 quintales de piña» en Jagüey Grande, Matanzas.

El post compartido por Elier Calvo, en el grupo de Facebook Noticias de Cuba y el mundo 2.0, da cuenta de lo sucedido.


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Según el campesino, «prefirieron que se pudriera antes de vendérsela al pueblo con la necesidad que tenemos hoy en día y la situación en que estamos y ellos solo preocupándose por sus propios intereses».

Calvo criticó además como los dirigentes en Matanzas, incluido el director de la fábrica de Jagüey «se llenan la boca» luego «diciendo que hay que tener solidaridad, ser revolucionario, luchar por nuestro país, etc…», comentó.

El matancero dijo que la empresa ni siquiera avisó para decir que ya no iba a querer más el producto, Calvo amenazó con enviar un correo, con fotos y vídeos de lo sucedido al gobernante Miguel Díaz-Canel, para que tome cartas en el asunto.

«Por su culpa perdí 15 000 pesos y después exigen que los campesinos acopien los productos sin contar el tiempo que se demoran en pagar», añadió.

Esta no es la primera vez que llegan denuncias como estas, debido a la falta de responsabilidad de las autoridades muchos campesinos pierden lo que producen al tener contratos directos con el Estado, que al estos incumplir no tienen a quien venderles el producto.


Sin embargo, el panorama para conseguir comida sigue siendo difícil en la Isla, una usuaria de redes sociales Zurelys López Amaya, contó en Facebook haber caminado kilómetros y kilómetros en el Vedado este martes, sin poder conseguir lo que buscaba.

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«Hoy he salido en la mañana a buscar café, aceite y alimentos. Nada he conseguido. He caminado kilómetros en la zona de El Vedado y nada. Largas colas para el café y aceite, uvas y refrescos. Largas colas. Muchas personas conversando muy pegadas, sin temor a la muerte. ¿Y es la muerte la que nos persigue? Decidí visitar a mi madre. Esta en el mar. Allí pude llorar y conversar con ella ¿Pudiera el gobierno ayudarnos más para tener en casa lo que necesitamos? Creo que no podría volver a caminar kilómetros para llegar a casa sin nada. Deben ayudarnos un poco más», escribió Amaya.


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