Alexis Valdés reflexiona en torno a la escasez cívica en Cuba: «Agradezco a la vida, al azar y al social Security, haberme permitido alejarme…»

Alexis Valdés reflexiona en torno a la escasez cívica en Cuba: «Agradezco a la vida, al azar y al social Security…»/Imágenes tomadas de archivo

Como en los más crudos años del período especial, Cuba vive nuevamente momentos caóticos, escasez, superinflación de precios de cualquier alimento o producto, y una severa crisis del transporte público, pero para el actor y humorista Alexis Valdés, radicado en Miami, no duele tanto la escasez material, como la «cívica».

El daño antropológico es tan profundo, y la integridad del individuo dentro de la sociedad cubana está tan lacerada, que parece un fenómeno irreversible.


Valdés compartió una reflexión con sus seguidores, a propósito de un lamentable episodio que ocurrió esta semana, en una parada de autobuses en La Habana, cuando se desató la barbarie entre las personas que se atropellaban y empujaban, sin tener en cuenta la edad o el género de los pasajeros.

Tomado de las redes a continuación Cuba en Miami reproduce de manera íntegra el texto escrito por el artista:

Subir a una guagua en Cuba, es un hecho épico, trascendente, catártico, un reto a Einstein y Scotland Yard. ( algo así decía Carlos Ruiz de la Tejera) Pero si Carlos Ruiz viviera hoy tendría que hacer unos ajustes una especie de update al monólogo de la guagua de Hector zumbado. Porque adonde hemos llegado queridos amiguitos… no llegó ni el explorador Humboldt.

No creo que ningún país del mundo ni en los más pobres de África o Asia o América Latina, se produzca esa batalla campal para subir a una guagua. Porque ya no es la miseria o la necesidad sino la pérdida total de respeto y amor al prójimo. no es la escasez material lo que duele. Es la escasez cívica.

Creo que en ese acto salvajemente demencial, se expresa como quizás en ningún otro momento (salvando la honrosa excepción de la cola del pollo y la pelea por una visa) la desenfrenada caída del humanismo en nuestro querido terruño.


Me recuerdo a mí mismo en una escena similar y me parece como si hubiese dado un increíble salto evolutivo, de aquel Cromañón de pequeño lóbulo frontal y ceño cejijunto, al más racional y sofisticado hombre del renacimiento. Agradezco a la vida, al azar y al social Security, haberme permitido alejarme de la más tribal expresión de mí mismo. Porque seguramente de continuar allí, estaría en igual suerte, compartiendo mi grajo y mi codo ferozmente con la turba enardecida a gritos de “ Coño déjame pasar “ “ No me empujes cojo… “ Echa pa allá repin.. Y otros gritos de la guerra urbana “ En fin que, escapé, me escurrí … Me salvé. Y sin más, me alejo cantando aquellos líricos versos que decían “ la negra no quiere, que le monten la guagua por detrás”.


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