Vergonzoso: Porsches, Mercedes Benz y BMW circulan por las calles cubanas, en un país donde no hay combustible y las vías están destrozadas

En medio de la miseria del ciudadano de a pie en la Mayor de las Antillas, algunos cubanos privilegiados, presuntamente hijos de dirigentes de la alta cúpula o con vínculos con extranjeros han empezado a ostentar importando autos de alta gama como Porsches, Mercedes Benz y BMW, entre otros. Cabe recordar de que el mes pasado el Departamento del Tesoro de Estados Unidos concedió licencias a empresarios del sur de la Florida para la venta de automóviles, tractores, camiones y hasta trailers a supuestos emprendedores en la Isla.

Los automóviles modernos han sido capturados por las maltratadas calles de La Habana, llenas de baches por el escaso mantenimiento de las autoridades, el perfil de Instagram Carros particulares en Cuba se ha encargado de hacerlas públicas.


«F-150 Platinum y Porsche Cayenne turbo S en el Meliá Internacional de Varadero, esta dupla es inseparable», indicaron junto a la foto en la citada red social, un post que rápidamente se llenó de comentarios de internautas.

«Hay 200 mil dólares de auto en esa foto y pagados al contado. Eso no se lo puede permitir casi nadie en este país y hay gente que los lleva para Cuba. Verdad que está el carnero guanajo en este exilio que da al pecho, estamos rodeados. ¿Donde está el bloqueo brutal?, cuestionó Jorge Hernandez, un cubano radicado en Estados Unidos.

«Así estarán robando o delinquiendo en Cuba», lamentó otro ciberusuario, dando a entender que ninguna persona honesta y trabajadora puede aspirar a un carro como esos en el país comunista, gobernado por el dictador Miguel Díaz-Canel y controlado por el clan Castro.


«El cubano promedio no puede ni soñar con un auto así», comentó indignado un usuario identificado como Roberto Romero.

«Con ese dinero salgo de Cuba y vivo en cualquier país mejor, y claro el auto camina por una calle apropiada», indicó alguien más.

Es vergonzoso que en un país en donde los conductores deben hacer colas de hasta dos o tres días consecutivos, y dormir en las gasolineras para conseguir combustible, unos pocos con vínculos turbios con el régimen se jacten con sus carros caros y los exhiban a personas que trabajan de sol a sol y ni siquiera consiguen vivir dignamente en una Isla saqueada durante décadas por la dictadura más macabra que ha existido en Latinoamérica, que ha obligado a millones a exiliarse.

Esto es muestra del colmo de la enajenación de un puñado de personas que van a vanagloriarse en una tierra donde les es fácil llamar la atención, porque en una nación capitalista y próspera económicamente simplemente son más del montón.


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