Ante la grave escasez de alimentos en Cuba, en medio de la pandemia de Covid-19, medios estatales se hacen eco de las declaraciones de los dirigentes del país y proponen tomar limonada, sembrar calabazas e incrementar la producción de clarias para paliar el hambre, reporta Martí Noticias.
Cubanos consultados por la emisora del exilio, vía telefónica, aseguran estar pasando hambre en la Isla.
La semana pasada, Gerardo Hernández, ex espía y actual vicecoordinador de los CDR en Cuba, convocó a los nacionales a sembrar calabazas para mitigar la hambruna que se avecina.
Sobre la idea de Hernández, Vladislav Ríos, residente en un área rural cercana a Jatibonico, en Sancti Spíritus, dijo que «es una falta de respeto».
«Lo que debe hacer el gobierno de inmediato, es permitir la iniciativa privada», agregó.
«Que me entreguen la tierra, que yo la voy a hacer producir y sé que hay muchas personas que quieren hacer lo mismo que yo», sentenció Ríos.
El espirituano contó que «la mayoría de las veces no tenemos ni café cuando nos levantamos, y la leche y el pedacito de pan lo dejamos para los tres niños».
En Jatibonico, confiesa, faltan los frijoles, el arroz, y la comida que logran conseguir no llega a fin de mes.
Por su parte, Yordanys Labrada, un activista de Alto Songo, provincia de Santiago de Cuba, dice que los pobladores la están pasando «muy, pero muy difícil».
«No aparece el arroz, la carne mucho menos, apenas se consiguen algunas viandas y las cosechas se han perdido por la sequía», reveló.
Según Labrada, sobreviven con caldos de cuadritos de sustancia de pollo, y una vianda que encuentren, «para engañar el estómago con algo caliente».
«Solo tomamos jugo de mango, que ahora es lo que más encuentras en los campos», explicó el activista que además puntualizó ni su familia ni él tenían comida el pasado 30 de junio.
Otro de los alimentos que «ayuda» al cubano para el diario, es el pan, pero hasta eso escasea en estos momentos, y él y su esposa optan por dejárselo a sus hijos.
«Agua y ron», admite Labrada es lo «único que hay» en los mercados de Alto Songo, en Santiago.
En Villa Clara la prensa estatal publicó, las autoridades incrementarían la producción de claria para sustituirla por jurel en las dietas que les venden al pueblo.
Mientras, Tania Díaz, residente en Taguayabón, provincia de Villa Clara, cuenta que en su barrio la gente no puede darse el lujo de desayunar, almorzar y comer diariamente.
«Por lo general se hace una sola comida al día por la tarde y no siempre nos vamos a la cama satisfechos», aclaró Díaz.
En cuanto a la claria, Tania detalla que «todo el mundo rechaza ese pescado porque tiene sabor a pantano».
Desde Bayamo, Emiliano González, indica que la población consume claria «porque no les queda otro remedio: o comen eso o no comen nada».
Para González, la solución inmediata a la crisis es «abrirse al mercado para que haya avances en el plano económico en la isla».
En mayo pasado, el designado gobernante Miguel Díaz-Canel habló de la necesidad de producir jugos para la población, la producción de guarapos, limonada y masa de pizza, para desviar la atención ante la falta de alimentos.
Las declaraciones del sustituto de Raúl Castro produjeron indignación y luego burlas en redes sociales.
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