Villaclareños se niegan a irse de un inmueble en ruinas con peligro de derrumbe

Villaclareños se niegan a irse de un inmueble en ruinas con peligro de derrumbe (Imagen tomada de CubaNet/autor:
Laura Rodríguez Fuentes)

Villaclareños se niegan a irse de un inmueble con peligro de derrumbe, por temor a pasar más trabajo en un albergue estatal, un reporte de la periodista independiente Laura Rodríguez Fuentes para CubaNet devela detalles al respecto.

Estas personas residen en el antiguo Gran Hotel Roosevelt, ubicado en la esquina de las calles Independencia y Maceo en Santa Clara, el pasado 4 de abril una brigada de una empresa constructora desprendió un balcón y una de las cornisas, alegando que resultaba peligroso para los peatones y automóviles que por allí transitan, horas después los vecinos recibieron una orden de abandonar el edificio.


«Nos dijeron que recogiéramos las cosas, que debíamos irnos de aquí, porque iban a empezar las lluvias y el edificio podía caerse en cualquier momento», comentó una afectada.

La mujer contó que los residentes de la antigua edificación protagonizaron una huelga en la acera, bajaron con los maletines porque les informaron serían evacuados; sin embargo de acuerdo a la entrevistada nadie se quería ir.

«Ninguno de nosotros quiere irse para un lugar de esos a pasar más trabajo. Mira, hay muchos damnificados del ciclón que no los han reubicado todavía. Después, todo el mundo subió para sus casas y aquí estamos…», confesó.

Casi todos los habitantes del lugar temen morir debido a un derrumbe abrupto, pero se mantienen firmes pese al miedo.

«Si no nos dan casa, de aquí no nos vamos», expuso un vecino.


«Si me dan casa en José Martí (reparto ubicado a 5 kilómetros del centro), lo más probable es que la venda para volver a acercarme al parque. Yo no quiero vivir tan lejos. Tampoco quiero morirme aplastada», explicó otra señora, vecina de la segunda planta.

En el antiguo Hotel Villa Clara construido en 1860 viven 12 familias que han optado por dejar allí sus pertenencias indispensables, ante un inminente derrumbe.

La periodista revela que los cuartos «están separados por cartones y los techos muestran evidentes filtraciones, además, las viguetas de madera ubicadas en la primera planta sufren peligrosas resquebrajaduras».

Algunos creen que en el terreno que ahora ocupa la edificación en ruinas podría ser construido un hotel para fomentar el turismo de paso en Santa Clara.


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