Alexander Fidelich Serogin, de nacionalidad rusa, ha contactado sin resultado alguno a la familia de Fidel Castro para pedirles que se sometan a una prueba de ADN ante su sospecha de ser hijo del fallecido mandatario, reporta El Mundo.
Valentina Udolskaya, una ayudante de cocina en Savidovo, conoció a Castro en 1963 y quedó prendada de su figura y de cómo se comportaba.
«Tenía una energía especial, entraba en una sala y lo hacía de manera contundente», dijo. Por su parte, Serogin cree que hay «indicios y coincidencias que retumban» en este caso.
En esa época, Castro había viajado hasta Murmansk, al norte de la URRS, para pronunciar discursos e inspeccionar indumentaria de guerra para luego descansar en la dacha, donde conoció a Valentina.
«Al ver a Fidel, mi corazón se congeló. Como todas las chicas de la época, estaba enamorada de él en la distancia. Y aquí lo tenía cerca, guapo, joven, una personalidad de talla mundial», dijo.
Ambos, llevados por la pasión, dieron rienda suelta a lo que sentían y nueve meses después, nació Serogin bajo el núcleo del matrimonio de Valentina con un reconocido piloto.
«Mi hermano es lo opuesto a mí en cuanto a apariencia, es rubio, de ojos claros; nos criaron padres también rubios y de ojos claros, los típicos eslavos… y mis ojos son oscuros y mi pelo es negro, rizado», recuerda.
La familia se mudó a Cuba bajo una sospechosa situación en la que tenían privilegios y Castro solía visitar su morada, incluso cuando Serogin estaba presente.
«Yo estaba muy afligida por esa doble vida: Vladimir (su esposo) lo sabía todo, sufría como yo y ocasionalmente nos visitaba en la casa de Alamar… estos días eran los más difíciles», dijo Valentina.
Asimismo, Serogin asegura que una vez un hombre que manejaba un carro lo paró en la calle y le dijo que su padre era Fidel Castro.
