Obra del pintor cubano Tomás Sánchez implanta récord, vendiéndose en 1.800 000 dólares en subasta en Nueva York

Obra del pintor cubano Tomás Sánchez implanta récord, vendiéndose en 1.800 000 dólares en subasta en Nueva York/Imágenes tomadas de redes sociales y Artnet

El pintor y grabador cubano Tomás Sánchez logra vender una de sus obras, «Llegada del caminante a la laguna» (1999), en 1 800 000 dólares, implantando así un récord en la subasta internacional organizada por la casa Christie’s del Rockefeller Center, en New York, suplantando a la fallecida artista plástica, también cubana, Carmen Herrera, informó el medio independiente La Hora de Cuba.

«Para el Estudio Tomás Sánchez, la noticia que recibimos hoy es un honor y también un desafío», dio a conocer el viernes, el creador de 74 años, radicado en Costa Rica.


Sánchez añadió que se trata también «de un logro del arte cubano, de los artistas cubanos y el reconocimiento de su extraordinaria calidad y arduo trabajo».

«Llegada del caminante a la laguna» subastada en Nueva York, es un acrílico sobre lienzo que a decir de la web digital cubana «representa uno de los característicos paisajes metafísicos» del pintor, y se había vendido en 2012 por 600 000 dólares.

Sin embargo, tras el récord implantando esta semana, Tomás Sánchez se ha convertido en el pintor vivo más caro, y cuya obra ha incrementado su valor más rápidamente. Superando de esta manera a maestros cubanos del pasado como los consagrados Wilfredo Lam y Amelia Peláez.

Según el crítico de arte Edward Sullivan, el éxito del pintor oriundo de Aguada de Pasajeros, Cienfuegos, tiene que ver con que «durante más de 30 años (…) se ha dedicado a una constante reinvestigación sobre el significado del paisaje como forma principal de expresión artística. Este género puede haber sido agotado y vaciado de todo significado más allá del kitsch estereotipado. Sánchez lo reinvierte con un nuevo conjunto de significantes que, una vez decodificados por el espectador, revelan una profundidad de implicación y un vocabulario de símbolos que puede entenderse como nada menos que subversivo dentro de los parámetros del arte contemporáneo».


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