Muere por negligencia médica un recluso cubano, denuncia la UNPACU

Foto de archivo- Flickr Creative Commons

Otro joven cubano muere en prisión, denunció esta semana la opositora Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). De acuerdo a la versión de sus familiares, el recluso Aismel Blanco Castellanos, de 20 años, cumplía condena en la cárcel de Mar Verde, en Santiago de Cuba, y «se inyectó o le inyectaron aceite en un brazo, el brazo terminó reventándosele, pasó seis días pidiendo atención médica, y no se la dieron», reporta Diario de Cuba.

De acuerdo a José Daniel Ferrer, coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), «cuando ya lo vieron en grave estado lo trasladaron al hospital provincial Saturnino Lora, de Santiago de Cuba. Al día siguiente de llegar al hospital, murió».


«Cuando llego, que lo veo en esa situación que está, él me ve y se echa a llorar, estaba con todo su conocimiento y empecé a decirle que por qué… Eso fue hoy y al otro día a las 6:00AM él muere», dio a conocer su madre Odalis Castellanos Ramírez, quien recibió una llamada del hospital para que se presentara de urgencia, poco antes de que Blanco Castellanos falleciera.

Aismel Blanco fue trasladado al hospital el 23 de junio, y el 24 murió, indicó su madre.

El reo se inyectaba aceite para hacer ejercicios, Blanco Castellanos se estuvo sintiendo mal durante seis días, y aunque pidió lo llevaran a la enfermería, no recibió atención.

El informe médico explica que falleció de un trombo graso o embolia grasa, detalló la familia.

La madre del fallecido reveló que su hijo debió ser intervenido quirúrgicamente de «urgencia».


«Desde el primer momento que él llega, ellos deben meterlo en el salón y picarle el brazo o picarle eso, no sé… Hasta incluso yo voy y les digo ‘mira los pies y las uñas de los pies se le están poniendo cianóticas’, que es malva, y me dijo el (médico) que no, que eso era normal. Además de que tenía fiebre, tuve que llamar a una enfermera para que lo inyectara y le bajara la fiebre», contó.

Odalis Castellanos se presentó en la cárcel a recoger las pertenencias del joven, y se encontró con pastillas de metronidazol, y aunque cuestionó a los oficiales sobre cómo llegaron los medicamentos y el aceite a su hijo, nadie supo decirle.


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