Ministro de Cultura cubano arremete contra trabajadores estatales del sector, y hace un llamado para deshacerse de «personas innecesarias»

El periódico oficialista Escambray publicó el llamamiento que hizo el ministro de Cultura cubano Alpidio Alonso Grau para «desterrar de las instituciones a las personas innecesarias», haciendo alusión a los cubanos que según él buscan lucrarse en los eventos que se realizan en los centros estatales, informa CubaNet.


«Lo primero que hay que desterrar del sistema institucional es la cantidad de personas innecesarias y que no tienen compromiso con el lugar. Luego, sistematizar los espacios con propuestas que sumen, no con opciones mercantiles», puntualizó Alonso Grau.

El titular de cultura señaló que había que exportar la formar de trabajar del centro El Mejunje, de Santa Clara, cuya entrada cuesta 2 pesos en moneda nacional, con lo recaudado ellos pagan a los artistas invitados.

Alonso Grau acotó «y el que no lo entienda así que busque llenar sus bolsillos en otro sitio».

Asimismo enarbolando una política cultural más alineada con la «revolución» el vicepresidente del Comité Provincial de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Sancti Spíritus, se refirió a la necesidad de establecer alianzas con Educación, Turismo, Gastronomía y Comercio para evitar «fiestas pioneriles al ritmo de Chocolate, Yutongs con desafinaciones al estilo de Pitbull o el desembolso de cuantiosas sumas de dinero por opciones de cuestionada calidad como Yomil y El Dany por el simple motivo de que llenan el espacio y hacen crecer las arcas de determinada instalación».

Para evitar que lo antes mencionado siga sucediendo, Alonso Grau anunció se estaba trabajando en una metodología para planificar el programa de desarrollo cultural de la Isla, por lo que se requieren a cuadros «con la sensibilidad» acorde para digir cultura, apunta Escambray.


Culminando el presidente nacional de la oficialista Asociación Hermanos Saíz, Rafael González Muñoz afirma que pretenden eliminar «expresiones de burocracia e ineficiencia de instituciones que obvian la política cultural trazada por el país y actúan como censores de lo nuevo y auténtico».

(Con información de CubaNet)


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