Las mujeres cubanas se quejan de mala calidad de las almohadillas sanitarias y de racionamiento en la venta

El Estado cubano asigna a las mujeres una cuota de almohadillas sanitarias (o íntimas), que se venden en las farmacias cubanas mes tras mes, en moneda nacional. Sin embargo, las críticas son abundantes, ya que las mujeres cubanas de diferentes edades se quejan de la mala calidad de este producto tan necesario para las féminas.


“Son demasiado finas y no aguantan”, dicen algunas que es uno de los problemas más graves del producto.

Cada mes las mujeres cubanas de entre diez y 55 años de edad tienen derecho a comprar un paquete de almohadillas sanitarias, marca estatal Mariposas, que cuesta 1,20 pesos pero sólo trae diez unidades.

“A mí, que tengo una menstruación abundante, no me alcanza con un solo paquete y me veo obligada a comprar hasta dos paquetes en la calle, a diez pesos cada uno. Son 20 pesos menos para comida”, denuncia Aleida Samón, trabajadora de gastronomía en Guantánamo.

La estatal Empresa de Materiales Higiénico Sanitarios (MATHISA), que tiene un fábrica en La Habana, otra en Sancti Spíritus y otra en Bayamo, es la única entidad que produce íntimas para la venta racionada en el país.

La prensa oficial dice que fabricar un paquete de diez almohadillas le cuesta al Gobierno 0, 42 CUC, y que los saca a la venta al equivalente 0,05 CUC, por lo cual están “netamente subsidiados”.


“No absorben prácticamente nada”, indica refiriéndose al producto que MATHISA describe como “superfinas con alas” y “superabsorbentes”.

“Sin embargo, en las tiendas en divisas venden paquetes de diez unidades a un CUC, o sea, 25 pesos, con mejor calidad. Alguien como yo, que me paso cinco días en el ciclo, no puede comprarlas a ese precio porque se arruina. Nos toca entonces inventar”, agrega la joven entrevistada por Diario de Cuba.

Las íntimas que se venden en CUC, en las tiendas de divisas también las elabora la estatal MATHISA, pero bajo otra marca, Pétalos.

Como la joven estudiante entrevistada, muchas mujeres no pueden permitirse comprarlas todos los meses, en un país donde el salario medio no llega a los 30CUC.

“Hay momentos de desesperación en que toca recortar pedazos de tela para lidiar con la necesidad. Nos tienen lavando trapos, como nuestras abuelas”, dice aquejada una mujer de mediana edad.

Pero no sólo está el problema de la calidad y de la venta racionada, sino que también hay fallos de distribución, en muchas ocasiones, las consumidoras también señalan que las almohadillas sanitarias no han llegado a las farmacias estatales.

En otras ocasiones el producto llega abierto, las farmacéuticas explican que no es porque ellas abran los paquetes, sino porque así llegan de la fábrica. ¿Cómo se explica que un producto íntimo para el período de la mujer, que debe caracterizarse por venir estrictamente sellado para proteger a la consumidora, y para la debida higiene, venga abierto?

“Hasta donde sé, las íntimas que se comercializan en Guantánamo llegan desde Bayamo y a veces hay irregularidades en la distribución. Otra cosa que afecta es la demora de la entrada al país de la materia prima necesaria para la producción”, dijo un farmacéutico.

En el mercado negro, sin embargo, la distribución no parece ser un obstáculo, dicen las entrevistadas que en la “calle” las almohadillas sanitarias no escasean.

“A la hora que quieras comprar íntimas en la calle, aparecen a diez pesos. No entiendo cómo el particular puede tener siempre una cosa que no produce y que lleva tanto ajetreo comprar normalmente”, comenta una ama de casa con pocos recursos económicos.

“Sufro cada vez que me llega la menstruación. Hay quien puede comprar caro, pero yo no puedo darme ese lujo. Deberían vender al menos dos paquetes y con buena calidad. Ah, y que no falle la distribución”, declaró la mujer.

(Con información de Diario de Cuba)


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *