Un emprendimiento cubano radicado en La Habana está llamando la atención de varios residentes que aman el pollo frito al estilo KFC. El local replica la esencia y el estilo de la cadena americana que es muy famosa en el mundo por sus espectaculares pollos fritos que vienen servidos con papas fritas.
A través del canal de YouTube JSan_TV se puede apreciar en qué consiste básicamente esta nueva oportunidad gastronómica que se nombra AMC Chicken y que poco abunda en las calles de la capital cubana.
Según el video que publicó el creador de contenido cubano AMC Chicken se encuentra en la conocida y transitada calle Neptuno en Centro Habana entre Perseverancia y Lealtad. Los pedidos se llevan a cabo a través de una enorme pantalla táctil, similar a las franquicias contemporáneas en otros países. Esta novedad tecnológica, junto con la ambientación y el aire acondicionado del lugar, ha atraído la atención de los residentes de La Habana y de turistas curiosos.
El establecimiento presenta paquetes de comida que comprenden pollo asado, patatas fritas y bebidas gaseosas, con tarifas que varían entre 1,850 y 2,950 pesos cubanos. También destacan en su carta de opciones, variedades de bebidas extranjeras, cafés y dulces, lo que lo convierte en una alternativa única en el sector gastronómico privado de La Habana.
La iniciativa evoca al famoso Restaurante Pío Pío, una cadena dedicada a la venta de pollo frito que gozó de gran popularidad en años anteriores, pero que actualmente ha desaparecido de la isla.
En este contexto, AMC Chicken no se limita a evocar sentimientos del pasado; también busca satisfacer una necesidad en el mercado de comida rápida en Cuba, el cual se ve cada vez más afectado por la inflación y la falta de productos.
Este fenómeno no solo se presenta como una innovación culinaria, sino que también pone de manifiesto la creatividad del sector privado en Cuba para ajustarse a las tendencias internacionales, a pesar de las restricciones económicas y tecnológicas a las que se enfrenta la nación.
La oferta gastronómica en Cuba puede considerarse limitada por varias razones, aunque ha ido evolucionando en los últimos años para beneficio de las clases más remuneradas. La economía cubana enfrenta restricciones que afectan la disponibilidad de ciertos alimentos y productos. Esto puede resultar en una oferta reducida y en la variabilidad de los menús en los restaurantes.
Históricamente, la mayoría de los restaurantes y establecimientos de comida eran estatales, lo que limitaba la innovación y la diversidad culinaria. Aunque ha habido un auge en los paladares (restaurantes privados), la regulación y las limitaciones en el acceso a productos todavía afectan la variedad.
Las restricciones económicas han impactado la importación de productos y la capacidad de los restaurantes para adquirir ingredientes de calidad. Esto puede llevar a que muchos platos sean similares y a que falten opciones más internacionales.
A pesar de las limitaciones, el crecimiento de los paladares ha fomentado una mayor creatividad y diversidad en la oferta gastronómica. Muchos de estos restaurantes están comenzando a experimentar con ingredientes y estilos culinarios, lo que aporta frescura a la escena gastronómica cubana.
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