
La modelo y actriz cubana Rachel Vallori, radicada en Estados Unidos, alzó la voz para denunciar la crisis sanitaria que atraviesa Cuba, luego de que su tía-abuela de 82 años sufriera una fractura de cadera y no pudiera ser operada por la ausencia total de prótesis ortopédicas en el país. Su testimonio, compartido en redes sociales, ha desatado una ola de indignación dentro y fuera de la isla, al poner rostro humano a una realidad que millones de cubanos viven a diario en los hospitales públicos.
“No hay prótesis en todo el país”
Según relató Vallori en varias historias de Instagram, su tía-abuela ingresó en un hospital cubano tras una caída doméstica que le fracturó la cadera, pero los médicos les informaron que no existía disponibilidad de prótesis de cadera en toda Cuba. La única opción que les ofrecieron fue llevar a la paciente de regreso a casa y, si era posible, buscar la prótesis por cuenta propia, ya sea a través de familiares en el extranjero o mediante el mercado informal.
“Le dijeron que se fuera para su casa y que, si podía, consiguiera una prótesis por su cuenta con sus familiares, porque no hay en todo Cuba”, dijo la joven indignada.
Rachel explicó que, en su intento por conseguir una prótesis fuera de Cuba, descubrió que el proceso no era tan sencillo como pensaba: las piezas deben fabricarse con medidas exactas y totalmente personalizadas, lo que vuelve casi imposible su envío e instalación desde otro país. Pero más allá de los obstáculos logísticos, lo que realmente la estremeció fue lo que escuchó directamente de los médicos.
“Me dijeron que hay gente que roba las prótesis de los muertos, de los cremados, para venderlas en revolico.com. Imagínate el nivel de locura. Los doctores no tienen con qué operar y hay personas vendiendo prótesis sacadas de cadáveres”, dijo visiblemente emocionada y calificó la situación sanitaria de Cuba como «un genocidio programado».
Lamentablemente la pariente de Rachel no se pudo operar por lo que se encuentra en su casa haciendo reposo hasta tanto sus familiares logren conseguir una prótesis para poder operarla. “Gracias a Dios está estable, pero no tiene sentido abrirla si no hay prótesis. Está descansando, y esperamos que pueda caminar con ayuda, aunque sea con bastón», afirmó su nieta.
El reflejo de un sistema en ruinas
En otro pasaje de su testimonio, Vallori advirtió que Cuba atraviesa una nueva oleada de dengue y otras enfermedades propagadas por mosquitos, agravada por la escasez de medicamentos y el deterioro de las condiciones sanitarias en hospitales y comunidades.
“No entiendo lo que está pasando. Hay un caos total. Mosquitos, enfermedades, hospitales sin materiales, sin medicinas… esto no tiene nombre”, destacó.
El caso de Vallori pone en evidencia el profundo deterioro del sistema de salud cubano, que durante décadas se exhibió como un ejemplo de “potencia médica”. Sin embargo, la realidad actual muestra hospitales sin insumos básicos, escasez de medicamentos, equipos obsoletos y personal agotado que lucha contra la precariedad para atender a los pacientes.
Familias cubanas denuncian a diario la falta de antibióticos, anestesia, jeringuillas, gasas, y hasta electricidad estable en algunos centros de salud. “En Cuba enfermarse es una condena”, comentó Vallori, visiblemente afectada por la situación de su familiar, que aún no ha podido recibir la atención quirúrgica necesaria.
Entre la desidia y el mercado negro
En redes sociales, varios usuarios confirmaron que la reventa de prótesis, marcapasos y hasta fármacos donados se ha convertido en una práctica frecuente ante la ineficiencia del sistema estatal. Algunas familias se ven obligadas a pagar sumas exorbitantes en dólares para conseguir insumos que antes eran gratuitos, lo que evidencia la desigualdad entre quienes tienen acceso a remesas y quienes no.
Organizaciones de derechos humanos y médicos cubanos en el exilio han denunciado esta situación como una crisis humanitaria silenciosa, agravada por la falta de transparencia del gobierno y las restricciones a la cooperación internacional.
Epidemias y hospitales al borde del colapso
El testimonio de Vallori se produce mientras Cuba enfrenta una nueva ola de dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos, con hospitales colapsados y sin los recursos necesarios para diagnosticar o tratar a los pacientes. En barrios de La Habana y otras provincias, vecinos reportan aumento de casos febriles, largas filas y falta de reactivos para análisis de laboratorio.
Médicos consultados por medios independientes advierten que el sistema “está en modo supervivencia”, y que el colapso sanitario podría agravarse en los próximos meses si no se produce una intervención estructural urgente.
Reacciones dentro y fuera de la isla
El mensaje de Rachel Vallori se viralizó en cuestión de horas. Miles de cubanos la respaldaron, agradeciendo que una figura pública utilizara su voz para exponer una verdad que muchos temen denunciar. Otros usuarios compartieron testimonios similares de familiares que han muerto o quedado discapacitados por falta de atención médica adecuada.
“Lo que está pasando en Cuba no tiene nombre. Nos estamos muriendo de cosas que en cualquier otro país serían tratables”, escribió una usuaria desde Santiago de Cuba. Mientras tanto, el gobierno no ha emitido comentarios sobre la denuncia de Vallori ni sobre la escasez nacional de prótesis ortopédicas.





