Guardia Costera de EE.UU devuelve a Cuba a 18 balseros que desembarcaron en una isla deshabitada de Cayo Largo

Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en cooperación con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y la Guardia Costera del Sudeste rescataron a 18 balseros cubanos que desembarcaron en una isla deshabitada en los Cayos de la Florida este martes 23 de abril.

Entre los balseros había personas de ambos sexos y diferentes edades las cuales después de una larga ruta marítima en busca de mejores oportunidades se encontraban en condiciones saludables relativamente estables, por lo que se les ofreció agua y comida para que recuperaran energías ya que se veían exhaustos.


Este rescate ocurre a solo tres días de que un crucero de Carnival rescatara a 27 balseros cubanos en mar abierto los cuales habían solicitado ayuda. Empleados del crucero que se dirigía desde Tampa, Florida hacia Roatán, Honduras sobre las 2:30 pm abordaron a los antillanos rápidamente donde se alimentaron, hidrataron y recibieron atención médica especializada. A inicio de marzo otro crucero, pero esta vez el Icon of the Seas ayudó a 14 balseros que se encontraban varados en el mar y los llevó a Honduras.

En las últimas semanas el número de balseros interceptados por la Guardia Costera se ha incrementado considerablemente. Con respecto a la última detención no se produjo por ningún avistamiento o llamada sino como parte de las operaciones de rutina que realizan por la región.

Los balseros cubanos son muestra de la desesperada situación de las personas en la isla comunista por buscar una mejor vida fuera de las doctrinas de los Castro y de la escasez de todo tipo de insumos básicos por más de seis décadas. El gobierno estadounidense en más de una ocasión ha insistido en que los inmigrantes irregulares que pretenden llegar a Estados Unidos por vía marítima arriesgan sus vidas.

También alertan que a quienes detengan intentando ingresar al país por esta vía será devuelto a su nación de origen y no podrá entrar al país norteño dentro de cinco años después de su deportación. Este protocolo forma parte de las políticas de inmigración de la administración de Biden que pretenden fomentar una migración segura y ordenada.


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