El exmandatario y actual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció en cuanto a la deportación de aquellas personas que ingresaron a territorio norteamericano en virtud del programa de parole humanitario y de la aplicación CBP One, que ofrece a los extranjeros la posibilidad de pedir asilo político en dicho país. En un encuentro con Cuba en Miami la abogada Claudia Canizares abordó el tema en cuestión y expuso sus consideraciones al respecto.
Es preciso aclarar que a quienes han arribado a esta nación al amparo del mentado programa les asiste el derecho a residir en la misma por dos años. No obstante, la abogada aclaró que al transcurrir tal período, los beneficiados tienen varias alternativas que podrían garantizar su permanencia legal en el país como la solicitud de asilo, la de residencia por vínculos familiares, así como la concertación de matrimonio con un ciudadano estadounidense.
A raíz de las declaraciones emitidas por Trump, una de las principales inquietudes que se ha suscitado es si los cubanos que arribaron a Estados Unidos a través del programa de parole humanitario enfrentan el peligro de ser repatriados. De acuerdo a lo expuesto por Canizares, los antillanos ostentan una posición aventajada, ya que al llevar un año y un día viviendo en este país pueden iniciar los trámites dirigidos a la obtención de la residencia permanente (Green Card) a tenor de la Ley de Ajuste Cubano. En el contexto actual existe un gran número de cubanos que están inmersos en este proceso, de ahí que se encuentren protegidos de ser devueltos a la isla si efectivamente Trump logra desarrollar la «mayor deportación de la historia», como ha anunciado en el marco de su campaña presidencial.
Sin embargo, Claudia aclaró que la situación de los nicaragüenses y haitianos es menos favorable, ya que no gozan de los mismos privilegios que los cubanos, ni están contemplados como los venezolanos en el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS). Por tanto, si al cumplirse los dos años de estancia en Estados Unidos aún no han recurrido a una vía legal que les permita quedarse, deberán salir de este país. Al decir de Allen la opción más factible para ellos es la de solicitar asilo, pues en tanto este trámite esté en curso no podrán ser deportados.
En cuanto a la posibilidad de materialización de esta deportación de elevada magnitud prometida por Trump y teniendo en cuenta que han llegado a Estados Unidos más de 600,000 personas mediante el citado programa desde su implementación en enero del pasado año hasta ahora, Canizares señaló que alberga dudas en torno a la capacidad del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para llevar a cabo tantas operaciones de deportación. En tal sentido manifestó: «No hay suficientes agentes del DHS para realizar deportaciones masivas». Siguiendo esta misma línea de pensamiento, en una entrevista de carácter reciente, el senador Marco Rubio comentó: «Es casi imposible deportar a 300.000 personas, y no solo por las limitaciones de vuelos a Cuba, sino por el impacto que esto tendría en la economía de EEUU».
Igualmente, el funcionario cubanoamericano recalcó que las limitaciones logísticas y los requerimientos establecidos por el gobierno cubano impiden desarrollar una deportación a gran escala.
En relación a aquellos individuos que entraron a Estados Unidos utilizando la aplicación CBP One, el abogado puntualizó que no debían alarmarse y argumentó que no podrían ser deportados mientras contaran con una fecha de corte otorgada a raíz de sus solicitudes de asilo. Asimismo, reveló que, si bien es posible que el permiso de trabajo obtenido sea objeto de revocación, al estar involucrados en procesos de asilo, tienen la opción de renovarlo por esta vía.
A su juicio si dichas personas están esperando resolver su estatus a través de este tipo de trámites y siempre que no incurran en la comisión de delitos graves, no hay riesgo de deportación, por lo que se dirigió a quienes ya empezaron sus procesos de residencia o asilo y les envió el siguiente mensaje: «Vivan sus vidas». No obstante, las palabras de Trump han ocasionado temor e incertidumbre entre los favorecidos por cualquiera los dos mecanismos enunciados, pero hasta el momento Allen espera que las instituciones estadounidenses continúen actuando dentro del orden legal establecido.