Ex diplomático estadounidense cree que es posible un cambio gradual en Cuba

Después de ofrecerse como voluntario para el Cuerpo de Paz en Perú, Vicki J. Huddleston pasó muchos años sirviendo en el Departamento de Estado de EE. UU. ella trabajó en Haití, Madagascar y Mali. Mientras representaba a los EE. UU. en África, fue vicesecretaria adjunta de estado y vicesecretaria de defensa adjunta. Pero fue su tiempo en Cuba el que tuvo más impacto.


Huddleston se desempeñó como subdirector de asuntos cubanos y como oficial principal en Cuba. Su servicio bajo dos administraciones la inspiró a ser coautora de «Aprender a Salsa: nuevos pasos en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba» y está promoviendo su segundo libro, «Nuestra mujer en La Habana: crónica de un diplomático sobre la larga lucha de los Estados Unidos con la Cuba de Castro». »

«Cuando los EE. UU. amenazan, Cuba cierra», dijo Huddleston. «Cuando los EE. UU. retrocedan, entonces el pueblo cubano tendrá más libertad».

Huddleston dijo que estaba a favor de la política del ex presidente Barack Obama, y ​​las reformas económicas que ella dice impulsaron el crecimiento del sector privado de la isla. La revocación de la política del presidente Donald Trump, dice, ha fracasado. Ella se opone al embargo de los EE. UU.



«No funcionó», dijo Huddleston. «Son 50 años, intentemos algo nuevo».


Huddleston cree que una inyección de capitalismo sería más productiva para ambos países. Ella también cree que es necesario que haya una apertura gradual pero continua para que los derechos humanos mejoren. Considera el paso del presidente cubano, Raúl Castro, al líder del Partido Comunista en abril como una sucesión más.

«Es un gobierno autoritario controlado más por los militares que por el partido», dijo Huddleston. «Nadie tiene la capacidad dentro del país para desafiar la regla de los Castros».

Huddleston cree que los funcionarios cubanos no saben nada sobre los ataques sónicos a los trabajadores de la embajada de Estados Unidos en La Habana, pero cree que es muy probable que el ejército cubano sepa lo que sucedió. El gobierno cubano sigue negando la responsabilidad.


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