El sucesor de Raúl Castro: un títere del clan que ha gobernado Cuba por casi seis décadas

Recientemente el secretario general de la OEA (Organización de Estados Americanos), Luis Almagro llamó a los gobiernos latinoamericanos a “desconocer a la dictadura cubana”, en el marco de la VIII Cumbre de las Américas; por su parte el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence reclamó “elecciones libres y democráticas” para la Mayor de las Antillas.


De acuerdo a sus voceros, el exilio y los dirigentes cubanoamericanos no confían que en que la salida de Raúl Castro de la presidencia traiga por sí sola cambios políticos para Cuba, pero sí ven una oportunidad para que la comunidad internacional rechace abiertamente al régimen de La Habana.

Los exiliados cubanos ratifican que el hecho de que el próximo presidente de Cuba no lleve al parecer el apellido Castro, no es un garantía de cambio, pues la familia Castro seguirá gobernando en la Isla tras las sombras, y el general seguirá al frente como jefe del Partido Comunista (PCC).

Almagro quien se ha hecho eco de las demandas de organizaciones como Cuba Decide o el Movimiento Democracia, dijo: “no podemos admitir que la dictadura imponga un sucesor al pueblo”.

Ramón Raúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, quien encabezó este fin de semana una movilización e Miami contra el “dedazo”, como define a la manera de elegir al nuevo presidente de Cuba, explicó: “definitivamente aunque no haya una voluntad política de cambio por parte de Castro, el escenario actual puede poner en peligro la estabilidad dictatorial que el castrismo ha tenido por seis décadas”.

Sánchez se refiere a un escenario marcado por un país despojado de toda promesa de mejoramiento económico; por su parte su aliada económica y política Venezuela sumida en una crisis; aunado al presidente estadounidense Donald Trump dispuesto a tomar medidas contra el régimen, y a apoyar a la verdadera sociedad civil independiente en la Isla.


Carlos Alberto Montaner, escritor y periodista cubano exiliado expresa que “la ecuación es sencilla: si el régimen sobrevive es a costa de que la sociedad continúe muriendo lentamente, más o menos como las ciudades se van deteriorando día a día”.

Armando Valladares, ex preso político cubano subraya que el cambio en la cúpula del régimen es una “farsa” y podría ser la gota que haga rebosar el vaso.

“Imagínese el escándalo que hubiera suscitado que George W. Bush hubiera designado presidente de EEUU a su hermano Jeb”, detalló aludiendo al caso cubano, donde Fidel Castro designó sin consultar con las masas a Raúl, para que lo sustituyera.

La verdad ni siquiera la designación fue tan escandalosa, como los 47 años que llevaba el difunto Fidel Castro en el poder.

Cualquiera que resulte elegido, mañana 18 de abril, “será un títere” de los designios de Castro, alega Valladares.

(Con información de Diario Las Américas)


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