En la calle, sobre cartones, o en albergues, unos 800 cubanos han pasado la Nochebuena y pasarán este viernes el día de Navidad en la frontera de Panamá y Costa Rica.
«Pensaba pasar la Navidad en Estados Unidos, con mis familiares», expresó Saraí Santos, quien ha pasado la noche del 24 de diciembre acompañada de los amigos de su ciudad, Holguín. No estará con sus familiares del Norte ni con sus dos hijos de 11 años.
Una joven, originaria de Camagüey, pidió a los Gobiernos de Centroamérica que reflexionen sobre la situación de sus compatriotas.»Que nos den una respuesta. No sabemos qué va a ser de nosotros, pero no queremos regresar», dijo Yovanka, y añadió, «no queremos que el Gobierno siga gastando en nosotros. Por nuestros propios medios podemos seguir caminando».
Jorge Michel Campos llegó el miércoles y esta Navidad solo quiere una cosa. «Estamos aquí pidiéndole al presidente (nicaragüense) Daniel Ortega que por favor abra las fronteras para poder llegar a nuestro destino final. No estamos aquí porque queremos, sino por una situación económica que tenemos en nuestro país. Y nadie, nadie, quiere estar aquí»
Selena Rojas, de la Cruz Roja de Puerto Armuelles (cerca de la frontera), contó el desgaste físico que han sufrido los caribeños a su paso por la selva y el mar. «Aquí vienen enfermos de muchas cosas, que voy a reservármelas porque es algo privado, ya usted sabe lo que puede ser. Puede haber niños con asma, presión alta, azúcar, gusanos en la piel, picaduras, tenemos que darles la ayuda a ellos porque son humanos», dijo la socorrista. Contó que en semanas pasadas comenzaron haciendo una «pailita de comida» y después para 200, 300. El número se les ha ido de las manos. «Anoche durmieron 95 afuera», lamentó.
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