Detenidos por la policía más de 1.000 personas señaladas como «coleros» en La Habana, los arrestados fueron acusados de crear un negocio ilícito que ha lucrado con el desabastecimiento, y la pandemia de Covid-19, y que se replica por toda la Isla, informa Diario de Cuba.
Los hechos fueron dados a conocer originalmente por el periódico Tribuna de La Habana y el portal oficialista Cubadebate, que divulgó un reportaje de Villa Clara, en el que se reconocía la escasez generalizada en Cuba, a causa de las «reducciones en la producción nacional, limitaciones financieras e ineficiencias en la distribución».
Para Cubadebate, «solo basta llegar a cualquier tienda para reconocer a los coleros: movimientos constantes, dominio absoluto de los productos en existencia e informaciones sobre las próximas ventas».
La prensa estatal añade que «pocos tienen vínculo laboral, algunos compran para revender ellos mismos, otros para surtir a pequeños negocios particulares».
Según el reportaje, hay mujeres «que van a las colas con niños pequeños en los brazos» y «lo que adquieren lo revenden al triple de lo que ha costado».
Las autoridades del régimen los llaman «acaparadores», y revelan que a menudo andan por los portales de las tiendas, para vender los turnos.
Si el turno entre los primeros puestos es para comprar alimentos o productos de aseo, el mismo puede costar de 5 a diez CUC, mientras para comprar electrodomésticos, el costo puede ascender de manera espectacular, y de acuerdo al equipo, el lugar en la cola empieza a costar 50 CUC, y el precio puede incluso llegar a 150 CUC.
En Santa Clara, las personas deben hacer colas durante días, incluso un mes, para poder adquirir un electrodoméstico.