
Un total de 19 residentes de Florida han sido acusados como parte de una de las mayores operaciones federales contra el fraude sanitario jamás realizada en Estados Unidos, en un golpe que expone redes criminales complejas dedicadas a defraudar programas públicos como Medicare y Medicaid por más de $14.6 mil millones.
La investigación, liderada por el Departamento de Justicia (DOJ) y diversas agencias federales, ha derivado en cargos contra 324 personas en todo el país, incluyendo médicos, propietarios de empresas de suministros médicos, ejecutivos de clínicas y otros profesionales de la salud. Según las autoridades, estas actividades fraudulentas habrían causado pérdidas reales al gobierno de aproximadamente $2.9 mil millones.
Una red criminal con rostro local
Entre los acusados en Florida figuran Edward Cannatelli (60 años), Robbyn Cannatelli (68), Thomas Farese (82) y Virginia Lockett (55), todos residentes de Broward. Aunque las autoridades no detallaron los cargos individuales de cada uno, el esquema común incluye la presentación de reclamaciones falsas, sobornos, fraude electrónico y lavado de dinero.
En el sur de Florida, históricamente considerado un foco crítico de fraude sanitario, se detectaron empresas fantasmas y clínicas supuestamente legítimas que emitían facturas por servicios o equipos médicos que nunca se proporcionaron a los pacientes. Los investigadores sostienen que los acusados utilizaban identidades robadas de beneficiarios de Medicare para encubrir las operaciones.
Operation Gold Rush: el corazón del fraude
Uno de los esquemas más ambiciosos desarticulados es el denominado Operation Gold Rush, mediante el cual organizaciones transnacionales adquirieron decenas de empresas de suministros médicos. En apenas dos años, este grupo presentó de manera fraudulenta entre $10 mil y $10.6 mil millones en reclamaciones por catéteres urinarios y otros productos médicos, muchos de los cuales jamás se enviaron a pacientes o eran innecesarios desde el punto de vista médico.
Se estima que la red utilizó las identidades de más de un millón de ciudadanos estadounidenses, sin su conocimiento. Además, se identificaron vínculos con operaciones internacionales, incluyendo arrestos en Estados Unidos y en Estonia.
Lujo financiado con fraude
La magnitud del esquema queda reflejada en los bienes incautados: las autoridades federales han recuperado más de $245 millones en efectivo, automóviles de lujo, bienes raíces de alto valor y criptomonedas. Muchos de los acusados vivían estilos de vida ostentosos gracias a las ganancias ilícitas obtenidas mediante los sistemas de salud.
“Estos delincuentes utilizaron sofisticadas tácticas para robar miles de millones de dólares destinados a pacientes vulnerables y al sistema sanitario. No sólo han defraudado a los contribuyentes, sino que han puesto en riesgo la integridad de nuestro sistema de salud”, declaró un portavoz del Departamento de Justicia.
Tecnología para frenar el fraude
En respuesta a la magnitud de estos delitos, las autoridades han intensificado sus herramientas de combate. Se ha puesto en marcha un Centro de Fusión de Datos contra el Fraude en Salud, donde se emplean inteligencia artificial y análisis masivo de datos para detectar patrones irregulares en tiempo real.
Las autoridades subrayan que, aunque esta operación es un paso significativo, el fraude sanitario sigue siendo un desafío constante, especialmente en estados como Florida, donde la población de adultos mayores y la alta concentración de proveedores de salud crean un entorno fértil para estos delitos.
Impacto y futuro legal
Los acusados enfrentan cargos que podrían derivar en largas condenas de prisión y millonarias sanciones económicas. Los casos serán procesados en distintas jurisdicciones federales, incluyendo el Distrito Sur de Florida, uno de los distritos con más historial de casos de fraude sanitario en el país.
Para muchos expertos, esta megaoperación representa no solo un golpe a las redes criminales, sino también un mensaje claro: el gobierno está decidido a proteger el sistema de salud y los fondos públicos, utilizando ahora tecnologías más avanzadas para anticiparse a futuros esquemas.
Mientras tanto, las investigaciones continúan, y no se descartan más arrestos ni revelaciones en torno a una red criminal que, según las autoridades, llegó a operar a una escala nunca antes vista en la historia del fraude sanitario en Estados Unidos.