
Una investigación de fraude en el condado Miami-Dade culminó con la detención de tres personas acusadas de defraudar a supermercados Winn-Dixie mediante un elaborado esquema con tarjetas bancarias alteradas. Parte del dinero obtenido de manera ilícita se utilizó para costear un crucero de la línea Carnival, según informaron las autoridades.
El arresto tras un crucero de lujo
El caso tomó notoriedad cuando Rogerio da Cunha Fernandes, de 45 años y nacionalidad brasileña, y Aida Parada la Paz, de 43 años y originaria de Bolivia, fueron arrestados el 3 de agosto en PortMiami, al desembarcar del crucero Carnival Sunrise que reservaron el día 26 de julio.
El crucero Sunrise había concluido su travesía cuando atracó en PortMiami la mañana del lunes. Lo que parecía un desembarco rutinario se convirtió en una operación de control fronterizo encabezada por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Durante la inspección, las autoridades detectaron irregularidades en dos pasajeros.
En el registro practicado a Da Cunha Fernandes, los oficiales encontraron una tarjeta bancaria sospechosa, así como un conjunto de tarjetas de regalo que, según el informe oficial, habían sido adquiridas de manera fraudulenta. Parte de ese material también fue localizado en posesión de su acompañante, Parada La Paz, lo que reforzó las sospechas de un esquema delictivo coordinado.
La pareja había embarcado el 26 de julio, apenas un día después de realizar compras con el método fraudulento en Winn-Dixie. Su viaje de placer terminó en detención y cargos criminales.
Pocas horas después, una tercera implicada, Beatriz Paz-Roca, de 66 años y también boliviana, quedó detenida en un supermercado Winn-Dixie en 10505 NW 41st St. en Doral, de Doral. Según los reportes policiales, había intentado adquirir una tarjeta de regalo de Amazon valorada en 150 dólares, utilizando el mismo mecanismo fraudulento que sus presuntos cómplices.
De acuerdo con el reporte oficial, los detectives esperaron a que la sospechosa regresara a su automóvil y procedieron a detenerla poco después de las 12:30 de la tarde. La captura se produjo de manera inmediata, en el mismo estacionamiento, cuando intentaba abordar su vehículo.
El modus operandi del fraude
El esquema consistía en el uso de una tarjeta bancaria boliviana manipulada, con la cual realizaban pagos en los supermercados Winn-Dixie. El sistema de cobro sufría un error de tiempo (“timeout”) que provocaba que la transacción se procesara parcialmente. Tras tres intentos fallidos, el sistema interpretaba la compra como cancelada, pero los sospechosos podían marcharse con los productos y las tarjetas de regalo sin que se efectuara el cargo.
De esta manera, lograron acumular decenas de miles de dólares en ganancias ilícitas. Según la investigación:
- Fernandes y Parada la Paz habrían conseguido alrededor de 18.000 dólares.
- Paz-Roca habría defraudado cerca de 12.000 dólares.
- En total, se identificaron al menos 230 transacciones fraudulentas relacionadas con los tres sospechosos.
«Cuando esto sucede, el sistema de Winn-Dixie está programado para sustituir estas transacciones e intenta reenviar y cobrar el monto (de la transacción) en una fecha posterior», detalla el informe policial.
Vivienda compartida y posibles vínculos
Un detalle que llamó la atención de los investigadores es que los tres arrestados compartían la misma vivienda en una zona no incorporada del condado, cerca del vecindario de Allapattah. Aún no está claro si existe un vínculo familiar entre ellos o si se trataba de una asociación meramente delictiva.
Cargos y situación judicial
Los tres enfrentan cargos por gran hurto en conjunto y por esquema organizado para defraudar, delitos graves en la legislación de Florida.
- Rogerio da Cunha Fernandes (brasileño) y Aida Parada la Paz (boliviana): fianza de 10.000 dólares cada uno y orden de retención migratoria por parte de las autoridades federales.
- Beatriz Paz-Roca (boliviana): fianza de 10.000 dólares, sin retención migratoria.
Actualmente, todos permanecen recluidos en el Turner Guilford Knight Correctional Center, a la espera de nuevas audiencias judiciales.
Un patrón de fraude en el sur de Florida
Este caso se enmarca en un contexto más amplio de delitos financieros que han proliferado en el sur de Florida, donde grupos criminales han aprovechado vulnerabilidades en sistemas de pago electrónico para enriquecerse ilícitamente. Las tarjetas alteradas, el uso de tarjetas bancarias extranjeras y la compra de tarjetas de regalo son prácticas comunes que luego permiten blanquear dinero o costear lujos, como en este caso, unas vacaciones en altamar.
En Florida, el uso fraudulento de tarjetas electrónicas —ya sean de crédito, débito o de regalo— es un delito que puede tener consecuencias severas. La ley estatal establece sanciones que varían desde un delito menor de primer grado, castigado con hasta un año de cárcel, hasta un delito grave de primer grado, con penas que alcanzan los 30 años de prisión y fuertes multas.
El Estatuto 817.61 regula el uso indebido de tarjetas: si el monto defraudado es menor de 100 dólares en seis meses, se trata de un delito menor; pero cuando la cifra supera ese límite, la acusación escala a delito grave de tercer grado, con hasta cinco años de prisión.
Los fraudes más complejos, considerados “esquemas organizados” (Estatuto 817.034), elevan las condenas de acuerdo con el monto: desde cinco años de cárcel por menos de 20.000 dólares, hasta tres décadas si la estafa supera los 50.000.
La ironía del lujo ilícito
Las autoridades destacaron la ironía del caso: mientras los tres sospechosos disfrutaban de un crucero de placer por el Caribe, agentes federales y detectives locales acumulaban pruebas en su contra. Su detención al regresar al puerto simboliza el final de un esquema que, según la policía, ponía en riesgo no solo a supermercados como Winn-Dixie, sino también la seguridad de los sistemas de pago en toda la región.
El caso sigue en investigación y no se descarta que existan más implicados o conexiones con redes de fraude internacionales.