Un escándalo de proporciones alarmantes sacude al sistema de salud de Florida tras revelarse que Autumn Bardisa, de 29 años, ejerció durante meses como enfermera sin tener licencia válida, llegando a brindar atención médica a 4,486 pacientes antes de que su engaño fuera detectado.
Contratada con documentos falsos
Bardisa ingresó al hospital AdventHealth Palm Coast Parkway en julio de 2023 como técnica avanzada de enfermería. Durante el proceso de contratación, presentó un número de licencia que correspondía a otra profesional con el mismo nombre de pila, alegando que había cambiado su apellido por matrimonio. Según la investigación, nunca aportó pruebas de ese cambio legal. También afirmó haber terminado sus estudios y que solo le restaba aprobar el examen nacional para ejercer.
Meses de engaño y miles de pacientes afectados
Entre junio de 2024 y enero de 2025, la mujer participó activamente en procedimientos médicos, consultas y atención directa a pacientes. El hospital confirmó que en ese periodo trató a casi 4,500 personas, lo que plantea serias dudas sobre la seguridad y la calidad de la atención recibida.
El fraude salió a la luz cuando, en una evaluación para una posible promoción, un compañero de trabajo revisó su número de licencia y descubrió que solo poseía una certificación como asistente de enfermería (CNA) vencida, muy por debajo del nivel profesional requerido para su puesto.
Despido, arresto y cargos criminales
Bardisa fue despedida el 22 de enero de 2025 tras una investigación interna. El 5 de agosto, agentes del condado la arrestaron en su residencia. Ahora enfrenta siete cargos por ejercer una profesión sanitaria sin licencia y otros siete por uso fraudulento de información personal, con una fianza fijada en 70,000 dólares.
El sheriff Rick Staly describió el caso como “uno de los fraudes médicos más alarmantes” de los que ha tenido conocimiento, subrayando que la impostora “puso en riesgo la vida de miles de personas y traicionó la confianza depositada en el personal sanitario”.
Vacíos en la verificación de credenciales
Este caso expone posibles fallos en los sistemas de contratación y verificación de credenciales de hospitales y clínicas. Expertos en gestión hospitalaria advierten que, aunque muchas instituciones dependen de bases de datos estatales para confirmar licencias, la falta de revisiones periódicas o de cotejo cruzado de identidad puede abrir la puerta a fraudes prolongados.
En Florida, la Ley de Práctica de Enfermería exige que todo profesional cuente con licencia vigente emitida por el Departamento de Salud estatal. Ejercer sin ella es un delito grave que puede acarrear años de prisión y cuantiosas multas.
“Este es uno de los casos de fraude médico más alarmantes que hemos investigado. Esta mujer puso en riesgo la vida de miles de personas y violó la confianza de toda una comunidad médica”, dijo el sheriff Rick Staly.
Casos similares en Estados Unidos
Fraudes de este tipo no son aislados. En 2023, una mujer en Nueva York fue detenida por trabajar como enfermera durante más de un año con un diploma falso obtenido en un esquema que involucraba a escuelas de enfermería ficticias. Ese mismo año, en Texas, un hombre ejerció como médico asistente por más de 18 meses sin licencia, atendiendo a cientos de pacientes antes de ser descubierto.
En Florida, también se han registrado casos recientes: en 2022, el estado desarticuló una red que vendía diplomas falsos de enfermería a personas que luego intentaban obtener licencias en distintos estados.
Repercusiones y medidas futuras
Tras el arresto de Bardisa, las autoridades sanitarias de Florida han reiterado que los hospitales deben fortalecer sus procesos de verificación, no solo al contratar, sino también mediante controles periódicos. Por su parte, el hospital AdventHealth aseguró que está revisando todos los casos en los que la mujer participó para determinar si hubo consecuencias clínicas.
Este caso ha encendido las alarmas sobre la facilidad con la que un impostor puede infiltrarse en el sistema de salud y poner en riesgo a miles de pacientes, un recordatorio de que la seguridad hospitalaria depende tanto de la tecnología como de la diligencia humana.
Ejercer como enfermera sin contar con la debida licencia en Florida no solo es un fraude, sino un delito grave que puede acarrear años de prisión, cuantiosas multas e inhabilitación permanente para trabajar en el sector salud.
De acuerdo con el Capítulo 464 de los Estatutos de Florida, la práctica de enfermería sin licencia —incluyendo el uso de credenciales suspendidas o revocadas— constituye un delito grave de tercer grado, penado con hasta cinco años de prisión y multas de hasta 5,000 dólares. Si la infracción consiste en utilizar de forma indebida títulos protegidos como “Nurse” o “Registered Nurse” sin estar autorizado, el cargo baja a delito menor de primer grado, castigado con hasta un año de cárcel y multas de hasta 1,000 dólares.
La gravedad del castigo aumenta si la persona ejerce sin licencia por más de 12 meses o si causa daños graves a un paciente. En este último caso, el cargo se eleva a delito grave de segundo grado, con penas de hasta 15 años de prisión y multas de hasta 10,000 dólares. Además, la ley contempla sanciones mínimas obligatorias, órdenes de cese inmediato y la imposibilidad de obtener una licencia sanitaria en el futuro.
Las autoridades subrayan que estas medidas buscan proteger la seguridad de los pacientes y la integridad del sistema de salud. “El ejercicio ilegal pone en riesgo vidas y mina la confianza pública”, han señalado voceros de la Junta de Enfermería de Florida.