En Miami y junto a su familia, ya se encuentra el migrante cubano Dennis Hernández, quien fuera noticia en Tapachula, México, por protagonizar una protesta en la que se encadenó a una cruz de madera, y estuvo 12 días sin ingerir bocado, en reclamo de un salvoconducto para seguir su rumbo a la frontera estadounidense, informó el periodista Ricardo Quintana, en exclusiva para Martí Noticias.
Luego de tres meses en una cárcel de máxima seguridad en Boston, tras cruzar la frontera sur, el opositor miembro del Frente Antitotalitario Unido (FANTU), ya se encuentra en libertad con un permiso de estadía temporal (parole).
«Fue duro abandonar la isla. Fue duro dejar a mi mamá, porque sabía los problemas que iba a arrastrar después, pero era necesario que partiera porque era mi vida o mi libertad», contó Hernández, originario de Cienfuegos.
«Sabían que no había matado a nadie, que no era ningún delincuente, sino un opositor que está en contra de esa dictadura totalitaria, y que aún sigue en contra», expresó.
Dennis salió de Cuba e hizo una dura travesía por Centroamérica, en la que estuvo inmerso durante seis meses, una vez en México gastó entre 10 y 12 mil dólares para poder sostenerse en su empeño de pedir asilo a las autoridades de EEUU.
El 13 de agosto le comunicaron había quedado en libertad en el centro de detención de Boston, sin embargo Hernández pidió fuera el 14, cuando le preguntaron la razón, dijo que «el 13 es el cumpleaños del dictador más grande que ha tenido el planeta», a su juicio Fidel Castro.
Aunque Dennis tuvo que acatar la orden y salir en libertad el 13 de agosto pasado, agarró un bolígrafo para plasmar en un pullover las palabras ¡Abajo la dictadura Castro Díaz-Canel!, y la fecha en que se fundó FANTU, la organización de la disidencia a la que pertenecía en la Isla.
Hernández ahora tiene la dicha de haberse reunido con su pequeño bebé, y su esposa en un modesto apartamento en Miami Springs.
«Estos meses los describo con mucha tristeza y un inmenso dolor, ya que en medio de este viaje nació mi hijo, y me encontraba preso en México, no hay nada más doloroso que eso, que imaginarte a tu hijo y se desdibuje en fracciones de segundos», reveló.
Ahora con la mira puesta en el futuro, dice no olvidará el dolor que le hizo pasar la dictadura, como tampoco sus orígenes humildes.
«Quiero ver si estudio medicina que fue mi sueño en Cuba, y no pude lograrlo por pertenecer a FANTU, quiero abrirme camino con mi familia, mi esposa, y seguir luchando para que Cuba sea libre», confesó.
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