Van 32 días del cierre de gobierno, y algunos empleados federales enfrentan problemas económicos, y como consecuencia de salud

Trabajadores federales protestando (Imagen tomada de Telemundo Chicago)

El cierre de gobierno no sólo ha impactado la economía de algunos trabajadores federales, sino que también como consecuencia ha afectado su salud, informa Local 10 News.

Tamela Worthen no ha podido pagar su medicamento para la diabetes en una semana. Por su parte Yvette Hicks lamenta que sus hijos no han podido recibir el tratamiento adecuado para el asma, ellas no son casos exclusivos.


Los empleados que no han recibido sus cheques de pago, no pueden pagar sus tratamientos, y el cierre de gobierno sobrepasa el mes.

Los beneficios del seguro de salud para los empleados del gobierno suspendidos continúan, incluso si no reciben su salario, pero su falta de pago puede hacer que ciertas necesidades de salud y medicamentos no sean asequibles.

Dania Palanker, profesora asistente de investigación en el Centro de Reformas de Seguros de Salud del Instituto de Políticas de Salud de la Universidad de Georgetown en Washington, DC, cuyo esposo es un empleado federal, que no ha podido cobrar su salario, comentó que «muchas agencias no tienen a los empleados de Recursos Humanos trabajando en el proceso de trámites para calificar los eventos de la vida».

«Esto significa que los empleados que son elegibles para cambiar su elección de seguro, porque tuvieron un hijo, se casaron o un miembro de su familia perdió la cobertura, no pueden hacer el cambio hasta que el gobierno vuelva a abrir», detalló Palanker.

«Otra cuestión importante es que después de dos períodos de pago donde no hubo cobro de salarios, los empleados recibirán facturas por su visión o seguro dental», añade.


‘He llorado tanto que me duele la cabeza’ dijo Tamela quien habitualmente toma metformina dos veces al día para tratar su diabetes tipo 2, «y luego tomo un medicamento para la presión arterial alta, uno por la mañana y otro por la noche, y luego tomo mi medicamento para el colesterol alto», agregó.

Ahora, «no puedo conseguir ninguno de los dos. Mi cuerpo y todo me duele. No sé si tiene algo que ver porque no he tomado mi medicina», comentó Worthen.

Ella trabaja como oficial de seguridad en la Institución Smithsonian, ha sido suspendida sin cobrar su salario. Todos los museos del Smithsonian han sido cerrados debido al cierre del gobierno federal.

«Me preocupa más que yo pueda pagar mi hipoteca, mi electricidad, mi agua y mi medicina. Todo eso es importante para mí. He llorado tanto que me duele la cabeza. No es justo para nosotros», piensa.

Para Yvette Hicks, cuidar de su familia se ha convertido en una angustia.

«Mi primer día de trabajo fue el día en que el gobierno cerró», lamentó Hicks, quien había comenzado a trabajar como oficial de seguridad del Smithsonian National Air and Space Museum.

«Al cerrarse este gobierno está afectando toda mi vida…literalmente lloro todos los días y miro a mis hijos, me pregunto cómo voy a proporcionarles porque me ven como su proveedor», explica.

«Tengo un niño de 8 años que me pregunta todos los días: ‘Mami, ¿qué pasa?’ Y tengo que poner cara de valiente y decir: ‘Nada’.», cuenta.

Hicks tiene dos niños que padecen asma y usan una máquina nebulizadora, que les da a los niños medicamentos de albuterol, para prevenir y tratar la dificultad para respirar, la tos y otros síntomas del asma.

Los niños generalmente necesitan tratamiento cada cuatro horas, pero por ahora Hicks ha estado espaciando sus tratamientos durante períodos de tiempo más largos debido a los costos. Ella cuenta que los niños se han estado quedando en la casa, para evitar que sus síntomas de asma empeoren.

Dania Palanker ha visto de primera mano los efectos del cierre del gobierno, lo que ha influido en su propia atención médica.

Una enfermedad autoinmune es su principal preocupación, eso le afecta sus nervios, y sufre de dolor intenso en todo el cuerpo, así como fatiga. El mes pasado los médicos le dijeron los daños a los nervios ahora son más severos.

Así que Palanker volvió a trabajar sus horas normales y espera cambiar su horario en aproximadamente un mes, «pero he tenido mucho dolor este mes, así que ha sido muy difícil trabajar las horas adicionales», dijo refiriendose, a que ha tenido que cubrir los ausentimos de otros empleados, con horas extras.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *