Transición política en Cuba si llegase a surgir conflicto entre Castro y el ejército, augura The New York Times

El octogenario militar Raúl Castro Ruz deberá dejar su puesto como presidente de la República de Cuba, en abril próximo, pero seguirá al frente del Partido Comunista… (PCC), único legal en la Isla; y seguirá como cabecilla del país hasta 2021 cuando se prevé el próximo congreso.


Según el diario The New York Times, la salida de Castro II del poder no traerá cambios democráticos para el país caribeño, a menos que surjan conflictos entre el gobernante del PCC y el ejército.

Como muchos analistas dijeron el cambio en Cuba parece tendrá un tinte biológico, con la muerte natural de la generación de militares aferrados al poder que llegaron al mismo por la fuerza en enero de 1959 con Fidel Castro al frente.

Javier Corrales y James Loxton, los autores del citado texto, expresaron; que no obstante Castro entiende esto mejor que nadie en la Isla, por lo que “puede decidir quedarse a cargo de ambos grupos”.

“Mientras ese sea el caso, el potencial para una Cuba libre seguirá siendo limitado”, aceptaron irremediablemente.

El análisis de los periodistas de The New York Times, llega a menos de dos meses de que Cuba tenga un nuevo presidente, pero sin embargo la prestigiosa publicación se deleita explicando que la economía cubana permanece “cerrada”, y el sector privado es “pequeño y débil”, elementos que despojan a la sociedad cubana de “actores con riqueza para ejercer presión sobre el Estado para el cambio”.


Bajo el título de “Adiós Castro, Hola Partido Comunista”, el artículo expone que entre las limitaciones de los cuentapropistas sobresalen las grandes restricciones para la contratación, financiación y altos impuestos.

“Después de la sucesión, el régimen cubano seguirá acorralado por la familia Castro, los militares y por un sistema regulatorio diseñado para restringir el crecimiento de las organizaciones empresariales y políticas, minimizando la presión para democratizar”, alegan a sabiendas de que Alejandro Castro-Espín es quien gobernará en Cuba desde las sombras.

“Quizás la única presión posible para una mayor democracia después de la sucesión podría provenir de un conflicto entre el partido y el ejército. Estas son entidades separadas, cada una con su propia cultura, recursos y base de apoyo”, vaticinan los escritores.

Dada la hipótesis del diario estadounidense, un conflicto fortuito entre estas fuerzas podría traer “un terremoto político” que lleve a “una transición política” dentro de la Isla.

(Con información de Martí Noticias)


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