Sismo perceptible sacude Santiago de Cuba sin dejar daños: continúa la alta actividad sísmica en la región oriental

Un sismo de magnitud 3.0 en la escala de Richter fue percibido la noche del martes por varios residentes de Santiago de Cuba, sin que se registraran daños materiales ni víctimas. El evento, aunque leve, forma parte del patrón sísmico activo que se mantiene en la región oriental del país durante los últimos años.

El movimiento telúrico ocurrió a las 10:25 p.m. del 22 de julio, con un epicentro localizado al sur de la ciudad santiaguera, en las coordenadas 19.89 grados de latitud norte y 75.87 grados de longitud oeste, a una profundidad de 14 kilómetros. La Red de Estaciones del Servicio Sismológico Nacional, operada por el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), fue la encargada de detectar y confirmar el evento.


Enrique Diego Arango Arias, director del CENAIS, explicó en su perfil de Facebook que, pese a que el sismo fue perceptible, su baja magnitud y profundidad no generaron riesgos significativos para la población ni afectaciones a las infraestructuras. “Hemos recibido reportes de percepción del temblor en algunas zonas de la ciudad, pero no hay evidencia de daños ni se reportaron heridos”, precisó Arango Arias.

Actividad sísmica en aumento

Este nuevo evento se suma a una larga serie de movimientos telúricos registrados en lo que va del año. Según estadísticas del propio CENAIS, en los primeros seis meses de 2025 se han producido 3.623 sismos en la región, de los cuales 3.273 ocurrieron en el territorio nacional cubano. Sin embargo, solo 10 de ellos fueron perceptibles para la población, lo que demuestra que la mayoría se producen a profundidades y magnitudes que no generan impacto en la superficie.

Las zonas más activas desde el punto de vista sísmico han sido los sectores de Pilón‑Chivirico, con 1.849 eventos registrados, y Santiago‑Baconao, ambos ubicados en el oriente del país. Esta franja geológica es particularmente vulnerable debido a la presencia de la falla Oriente, una de las más importantes y activas del Caribe, que separa la placa tectónica del Caribe de la placa de América del Norte.

Riesgo latente y cultura sísmica

Aunque los movimientos de baja magnitud como el reportado este martes son relativamente frecuentes y generalmente inofensivos, los expertos advierten que la actividad acumulada puede ser indicativa de posibles eventos mayores. Por ello, el CENAIS y las autoridades locales insisten en la importancia de mantener una cultura de prevención y educación sísmica entre la población.


Desde hace más de una década, se vienen realizando simulacros de evacuación en escuelas, hospitales y edificios públicos en Santiago de Cuba, una ciudad históricamente expuesta a sismos severos. Uno de los más recordados fue el terremoto de magnitud 6.2 ocurrido en 1992, que causó serios daños materiales.

“El hecho de que no se haya producido un gran sismo en los últimos años no debe llevarnos a la complacencia. La preparación es clave para mitigar las consecuencias de un evento mayor”, advirtió un especialista del CENAIS consultado por medios estatales.

Monitoreo continuo

El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, con sede en Santiago de Cuba, mantiene una vigilancia permanente de la actividad tectónica en todo el país mediante una red de más de 30 estaciones sismológicas. Además, comparte sus datos con redes regionales del Caribe para mejorar la precisión de los reportes y colaborar en estudios de riesgo.

Las autoridades locales han reiterado su compromiso con la seguridad de la ciudadanía y han llamado a mantenerse informados a través de los canales oficiales. En caso de nuevos eventos, se espera que se activen los protocolos de alerta y comunicación inmediata.

La reciente sacudida perceptible en Santiago de Cuba, causada por un sismo de magnitud 3.0, vuelve a poner de relieve la alta actividad sísmica en el oriente del país, la región más propensa a este tipo de fenómenos naturales.

Según especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), la razón principal radica en la cercanía de la zona a la falla geológica Oriente, una de las más activas del Caribe. Esta falla marca el límite entre las placas tectónicas del Caribe y América del Norte, cuya interacción constante genera acumulación de energía en la corteza terrestre que se libera mediante movimientos sísmicos.

Durante el primer semestre de 2025, se han registrado más de 3.600 sismos en Cuba, de los cuales la mayoría ocurrieron en la zona oriental, especialmente en áreas como Pilón‑Chivirico y Santiago‑Baconao. Aunque solo una pequeña parte de estos temblores son perceptibles, los expertos insisten en que no se debe bajar la guardia.


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