Madre de opositora encarcelada denuncia maltratos a su hija

La madre de la activista Lisandra Rivera denunció los tratos crueles y degradantes contra su hija, traslada el pasado martes a una celda castigo en la cárcel de mujeres de Mar Verde, Santiago de Cuba, luego de que los guardias le propinaran una golpiza.


Tras recibir una llamada anónima desde la cárcel, donde informaban a la familia de que Rivera había sido golpeada, sus padres y el esposo se presentaron en el penal, explicó a Martí Noticias la madre, Damaris Rodríguez.

Al llegar a la cárcel, familiares de los reos que estaban esperando para entrar a la visita confirmaron que delante de ellos «le dieron una paliza a Rivera, le rompieron los zapatos y los espejuelos y se la llevaron para una celda de castigo dándole golpes», relató la mujer.

Las autoridades se demoraron en atender a la familia y según relató Rodríguez, ellos comenzaron a protestar. «Un trabajador salió con un machete a amenazarnos para que nos fuéramos, pero nos negamos».

Finalmente una oficial los atendió, y negó que Lisandra fuera golpeada, pero admitió que estaba confinada en una celda de castigo por “incumplir el reglamento”.

Rodríguez insiste en que su hija «sí fue víctima de violencia», y cree que la salud de la opositora puede verse afectada porque en el régimen de castigo no permiten pasarle alimentos, y además “ella sin espejuelos no ve”.


Desde el 11 de abril, en que Rivera tuvo una visita de la familia, no han tenido más contacto con ella, y la oficial que los atendió les dijo que “estará castigada por tiempo indefinido”.

​En diciembre de 2015, la activista de 28 años, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue detenida y acusada del presunto delito de «atentado», que supuestamente había cometido en febrero de 2016.

En esa ocasión fue maltratada y detenida cuando fotografiaba un decomiso a cuentapropistas en Santiago de Cuba. La multaron, y ella se negó a pagar una multa que consideró injusta.

En enero de 2017, Rivera fue trasladada a la cárcel de Mar Verde, y desde entonces ha estado la mayor parte del tiempo en celda de castigo por no obedecer la orden de sus carceleros de pararse en firme como un soldado.

Un video divulgado por la UNPACU presenta el caso de Rivera y el de Jorge Cervantes, otro activista de ese grupo opositor, y alerta sobre las pésimas condiciones en que los mantienen confinados a ambos.


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