La desgarrante historia de los cubanos presos en un centro migratorio en Panamá

A nueve meses que se derogara la política pies secos-pies mojados en los últimos días de la administración Obama, aún hay cubanos dispersos en otros países como Panamá, que ansiaban llegar a tierra de libertad.


La eliminación de la política que permitía a los cubanos que pisaban suelo norteamericano contar con refugio y una ayuda del gobierno durante meses, fue una decisión tomada por el ex mandatario Barack Obama, días antes de abandonar la presidencia, al mismo tiempo que un gran número de cubanos venían atravesando las fronteras de países como Ecuador, Costa Rica, y Panamá entre otros.

Ramón Adnier Benítez Machado, de 23 años tiene un historial de países latinoamericanos recorridos, comenzando por Guyana.

Pero su viaje hacia “el sueño americano” se truncó, y actualmente está confinado junto a otros diez cubanos en un centro de migración en Panamá.
El joven ha atravesado numerosas fronteras de manera ilegal para llegar a Estados Unidos, ha pasado por situaciones donde ha peligrado su vida, y ahora lo que más teme es lo que lo devuelvan a la Isla.

“Temo mucho que me vayan a enviar a Cuba. ¡Podrían encarcelarme!”, declara en conversación telefónica, afirmando que las autoridades de ese país le han notificado sobre la inminente deportación.

Cuenta que padece asma, fiebre alta, a causa de la mala higiene que lo rodea en el centro migratorio, añade Benítez que tampoco ha recibido atención médica.


“No me han dado ningún tipo de asistencia médica y yo soy asmático crónico”, dijo a Cubanet.

Comenta además que no tiene ropa que ponerse, que trae la misma desde que lo arrestaron en la frontera de Panamá con Costa Rica.

“Los cubanos que están aquí conmigo, que por cierto fueron arrestados hace ya varias semanas, me han prestado algunas cosas; pero ellos están igual que yo, sin nada”, explicó, y argumentó que dentro del grupo de detenidos hay mujeres, en otra prisión.

El joven entrevistado es optometrista, y testifica que salió de Cuba desde enero pasado debido al constante acoso que sufrió en manos de las autoridades desde el 2015 hasta el momento en que dejó el país.

En la Isla era cuentapropista, tenía un negocio donde elaboraba helados, que mantuvo “legalmente”, aclara, durante tres años, hasta que de pronto “sin ton ni son”, le confiscaron la pequeña manufactura y lo llevaron a prisión por corto tiempo.

Su novia que prefirió no dar su nombre por temor a represalias en Cuba, donde radica, confirma que “estuvo arrestado primero siete días en la Unidad Territorial de Investigaciones de Acosta y 10 de octubre y luego por 28 días en el centro de retención de la policía (conocido como) Vivac”.

Otros dos migrantes cubanos también forman parte del grupo que está encarcelado en Panamá, Jatdiel Fernández Rodríguez y su esposa Elisabeth Martínez García, en su caso permanecen detenidos desde el 21 de agosto del año en curso.

Fernández Rodríguez declaró a Cubanet: “Esto es lo último aquí, demasiados abusos. Estamos sufriendo demasiado, nos separaron de nuestras mujeres, y nos están maltratando a nosotros y a ellas, a las cuales les han dado golpes. Ellos (los guardias) ya están usando la fuerza, esto es una locura aquí, la verdadera locura”.

Añadió que las autoridades panameñas no les dan explicaciones, ni respuesta a su petición de que los regresen a Colombia.

Jatdiel expone “nosotros llevamos aquí ya 51 días, sin justificación, sin explicación. A nosotros nadie nos ha explicado nada, no nos dan una respuesta de nada: por ejemplo, del por qué estamos aquí, nosotros prácticamente no existimos y así nos lo hizo entender Ronaldo Mendoza, comisionado de Emigración de Panamá”.

La pareja también salió de Cuba en enero de este año, porque no estaban de acuerdo con el régimen cubano fundamenta Fernández Rodríguez.
“Yo salí huyendo del régimen de Cuba porque no estoy de acuerdo con el sistema”, declara el joven.

“Estuvimos dos días en una isla encallados porque se le abrió un hueco a la embarcación y allí tuvimos que esperar hasta que la fueron a reparar, después estuvimos montados por 27 horas encima de la lancha, hasta que llegamos a Venezuela, donde entramos por Puerto Ordaz. Allí cogimos una guagua para llegar a Colombia, donde estuvimos en Cúcuta tres días esperando para completar el grupo y continuar. Así cruzamos por varios países”, narra el cubano.

Su odisea es aún más larga, añade que “hacer la historia es fácil, pero vivir eso es tremendamente difícil, porque además fuimos hasta asaltados por los coyotes, que le quitaron 2500 dólares a las otras dos parejas que iban con nosotros. A mí no me quitaron nada porque yo no tenía nada”.

Noslem Aldana, otro cubano preso, declara que también fue detenido el 21 de agosto de 2017 en la frontera de ese país.

“Nos esposaron a todos, incluso a nuestras mujeres, las cuales fueron torturadas psicológicamente por la oficial Evelin Veldía, pero además se las llevaron a otra prisión separadas de nosotros (….) Aquí nos tienen hace 51 días en una prisión secreta donde hay prisioneros de todas partes del mundo”.

Aldana confiesa que muchos prisioneros han querido suicidarse debido a la falta de información de las autoridades en ese centro, pues los encarcelan y luego no le notifican nada de su caso.

También cuenta que fueron golpeados durante una protesta a causa de su desespero por la situación.

Aldana dice haber salido de Cuba el 24 de diciembre de 2016.

“Salí huyendo de los Castro, y resulta que el presidente panameño está confabulado con ellos. Aquí también se violan todos nuestros derechos humanos (…) Ya no aguantamos más, estamos desesperados”, explica el cubano.

(Con información de Cubanet)


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