Desde el 12 de octubre de 2025, la Unión Europea comenzó la aplicación del Sistema de Entradas y Salidas (SES), una plataforma digital que reemplaza el tradicional sello en el pasaporte. Este sistema registra electrónicamente las entradas y salidas de todos los visitantes no pertenecientes al espacio Schengen —que incluye a 27 países europeos— y almacena sus datos personales y biométricos.
El objetivo del SES es claro: reforzar la seguridad, prevenir la inmigración irregular y mejorar la gestión fronteriza. Al ingresar por primera vez a Europa bajo este nuevo esquema, el viajero deberá proporcionar una fotografía facial, las huellas dactilares de cuatro dedos y la información de su pasaporte.
Estos datos se integran en una base compartida por todos los países Schengen, lo que permitirá verificar automáticamente la identidad de cada persona y controlar el tiempo de permanencia autorizado, además de minimizar los tiempos de espera en los puntos de control de frontera.
«El sello en el pasaporte era una solución del siglo pasado. Este sistema nos proporcionará datos en tiempo real y reducirá las zonas grises», dijo un vocero de la Comisión Europea.
Cómo funcionará el sistema en la práctica
Cada vez que un viajero entre o salga del espacio Schengen, su información se registrará electrónicamente cada vez que crucen la frontera de sus estados ya sea por tierra, mar o aire. El sistema calculará de manera automática cuántos días ha permanecido en Europa y cuánto tiempo le queda disponible dentro del límite legal de 90 días en un período de 180.
Si una persona sobrepasa ese plazo, el SES lo detectará de inmediato, lo que podría derivar en multas, cancelación de visados o prohibición de entrada en viajes futuros. Este cambio supone un giro radical respecto a los controles anteriores, basados en sellos físicos que en muchos casos podían perderse, falsificarse o no reflejar con precisión los movimientos reales de los viajeros.
Las personas que ya hayan aportado sus datos biométricos en el pasado —por ejemplo, al solicitar una visa en alguna embajada europea— quedarán exentas de realizar nuevamente el trámite al llegar al territorio Schengen, ya que dicha información será reconocida automáticamente por el sistema y vinculada a su historial de viajes.
Según la normativa vigente en el espacio Schengen, los viajeros pueden permanecer por períodos breves de hasta 90 días dentro de un lapso de 180 días. Este tiempo se contabiliza de forma acumulativa, abarcando todos los países que aplican el Sistema de Entradas y Salidas (SES).
Este cómputo, que antes resultaba confuso y podía prestarse a errores o manipulaciones, será ahora controlado de forma automática por el nuevo sistema, el cual alertará de inmediato en caso de que un viajero supere el tiempo de estancia permitido.
El impacto para los cubanos y otros latinoamericanos
Para los viajeros cubanos, esta transformación representa un desafío adicional. Durante años, muchos han utilizado visados turísticos para entrar en Europa y permanecer más allá del tiempo permitido, confiando en la falta de control electrónico. Con el SES, esas prácticas serán prácticamente imposibles.
Si un viajero excede el tiempo de permanencia permitido, el Sistema de Entradas y Salidas registrará automáticamente la infracción. Como resultado, la persona podría enfrentar sanciones que van desde multas y limitaciones para ingresar nuevamente, hasta la denegación inmediata de entrada en futuros intentos de acceder al territorio europeo.
Expertos en temas migratorios consultados por medios europeos señalan que este nuevo sistema cerrará la puerta a las “estancias invisibles”, es decir, a aquellos casos en los que un visitante permanecía en Europa sin registro oficial. Además, los datos recopilados podrán ser compartidos entre los Estados miembros, lo que dificultará el movimiento entre fronteras internas una vez vencido el tiempo autorizado.
El sistema tampoco contempla excepciones para casos humanitarios o de reunificación familiar, lo que podría generar complicaciones para cubanos que buscan reencontrarse con familiares en Europa o que planean solicitar asilo tras su llegada.
Los ciudadanos cubanos que cuenten con doble nacionalidad española o residencias legales en algún país europeo podrán continuar gestionando cartas de invitación para sus familiares. Sin embargo, esos visitantes deberán someterse al control biométrico obligatorio y estarán sujetos a las mismas limitaciones de tiempo establecidas para cualquier viajero procedente de un país tercero.
Un proceso de implementación gradual
La aplicación del SES será progresiva. En esta primera etapa, cada país del bloque deberá instalar al menos un punto fronterizo con la nueva tecnología. Durante los próximos seis meses, el sistema convivirá con el método tradicional de sellado manual, aunque la meta es que para abril de 2026 el nuevo modelo esté plenamente operativo en toda la región.
A partir de esa fecha, el sello de tinta desaparecerá definitivamente, y todos los viajeros extracomunitarios quedarán registrados digitalmente en la base de datos central europea.
Diferencias entre el SES y el ETIAS
El nuevo sistema ha generado confusión entre viajeros, pero la Comisión Europea aclara que el SES no debe confundirse con el ETIAS, otro mecanismo aún en desarrollo. El ETIAS (Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes) exigirá una autorización previa —similar al ESTA de Estados Unidos— para ciudadanos de países exentos de visado como EE.UU y Canadá.
En cambio, el SES se aplica a quienes ya necesitan visado Schengen, como los cubanos, dominicanos o venezolanos, y funcionará automáticamente en los puestos fronterizos. Se prevé que el ETIAS entre en vigor hacia finales de 2026, una vez que el SES esté completamente consolidado.
Objetivos y beneficios para la Unión Europea
Las autoridades europeas defienden el SES como una herramienta esencial para modernizar la gestión de fronteras y reforzar la seguridad. Con este sistema, la UE busca reducir el riesgo de suplantaciones de identidad, detectar pasaportes falsificados y prevenir la entrada de individuos con antecedentes penales o alertas migratorias.
Además, el sistema permitirá obtener estadísticas precisas de los flujos turísticos y migratorios, lo que facilitará la planificación de políticas públicas y el control de los movimientos entre los Estados miembros.
La Agencia eu-LISA, encargada del desarrollo tecnológico, asegura que la información estará protegida bajo estrictas normas de privacidad y que los datos biométricos solo serán utilizados con fines migratorios y de seguridad, aunque organizaciones civiles han expresado preocupación por el uso masivo de datos personales y la posibilidad de abusos o filtraciones.
Una Europa más controlada y vigilada
El SES marca un paso decisivo hacia una Europa más digitalizada y controlada. Para los viajeros frecuentes, significará mayor rapidez y automatización en los cruces fronterizos, pero también una vigilancia más estricta.
En la práctica, el sistema promete eliminar las “zonas grises” donde antes era posible moverse sin dejar rastro. Ahora, cada ingreso y salida quedará documentado con precisión, lo que podría disuadir a quienes intentan utilizar la ruta turística para fines migratorios.