Cuba vive una de las peores crisis energética de todos los tiempos, y la población está harta porque cada año la situación se hace más crítica, mientras el régimen de Miguel Díaz-Canel pide el sacrificio del ciudadano común y seguir resistiendo.
«Ya en el campo volvieron los apagones de seis horas y más. Pero ahora es más crítico que en el 2022, ya que ni gasolina tenemos para arrancar las plantas, plantas que ayudan a mantener funcionando trabajos en donde trabajan personas que tienen familia que mantener. Creo que el 2023 será aun más duro que el 2022, sin contar la inflación que cada día crece», lamentó Sandy Martínez, una cubana entrevistada por Diario de Cuba.
«Santiago de Cuba está perdido esto, no hay quien lo aguante. Ayer solo hubo de corriente tres horas en el horario de la tarde-noche, luego de un apagón de siete horas. Y luego tumba en la noche tarde hasta la madrugada, y el buenos días a las 6 es un apagón que empata de siete horas más», confesó Susana García al pie de un post de la estatal Unión Eléctrica de Cuba (UNE) en Facebook.
Mientras otra usuaria de las redes identificada como Magday Somoza Tomés, augura lo peor se verá durante el verano.
«Prepárense pa lo que viene. Claro, el 1 de mayo no va a haber problemas (…) y uno se pregunta a quién le importan todas las carencias y necesidades que está viviendo este pueblo», cuestionó.
Las penurias no solo no terminan para el cubano, sino que se multiplican. Entre la necesidad de dormir en los carros en medio de las largas colas en las gasolineras, donde el combustible brilla por su ausencia, la carencia de alimentos, medicinas, bienes básicos, el calor, los apagones en las viviendas, y el ascenso de la violencia, el malestar crece en la población, que no se rebela por miedo al aparato represivo del castrismo. Sin embargo, opta por sobrevivir a la calamidad diaria mientras se venda los ojos para no mirar de frente la desesperanza que se vislumbra a futuro.
Al tiempo que el dictador cubano Díaz-Canel continúa mintiendo y asegura que «hay una estrategia para evitar los apagones en el verano».
«En estos momentos tenemos un nivel alto de termoeléctricas resolviéndole averías o en en mantenimiento (…) hemos tenido que depender más de la generación eléctrica distribuida, que consume en lo fundamental diésel; por lo tanto, una parte importante de ese diésel que hemos dispuesto se ha ido en generación eléctrica», declaró este fin de semana en la clausura de una visita a la provincia de Villa Clara.
«Una parte importante de las afectaciones eléctricas que hemos tenido en la última semana tiene que ver con que, aunque se ha hecho todo ese esfuerzo, hay un grupo importante de bloques de generación distribuida a los que no se les ha podido poner el diésel para sustituir las afectaciones que tenemos en las plantas», agregó.
En el mismo orden, con tal de disuadir a la gente de que proteste, el gobierno de La Habana habían reunido a dueños de negocios privados de ocio de la capital, esta semana, para pedirles mantener su oferta ante la crisis del transporte que experimenta la capital, y todo el país, recogió Diario de Cuba.
El propietario de un bar habanero que estuvo en la reunión con los funcionarios del gobierno, dijo que «necesitan que la juventud se siga divirtiendo por las noches, pa’ que no se les tiren pa’ la calle».
