Cubana lleva 12 años indocumentada en España y ahora duerme en aeropuerto de Mallorca

Diosmary es una cubana que lleva más de 11 años en España sobreviviendo de lo que le pueden ayudar algunas personas y de instituciones humanitarias. Actualmente duerme en el aeropuerto internacional de Son Sant Joan, en Mallorca, donde estuvo una vez y recibió buenos tratos por parte de los empleados del centro y la Cruz Roja.

El Diario de Mallorca obtuvo declaraciones de la cubana que se encuentra en un limbo migratorio y de sus a corto y mediano plazo.


Diosmary y su expareja española-cubana en el año 2012 gestionaron todos los documentos necesarios en Cuba para trasladarse a España, específicamente a Mallorca. Pero la embajada española en La Habana le negó el permiso porque le faltó de una carta de invitación de un residente en España. Sin esta carta, Diosmary no podría regresar a Cuba como ciudadana, sino únicamente como turista. No obstante, se mudó con su esposo teniendo en cuenta que le dijeron que si vivía junto con la pareja por tres años juntos obtendría la residencia y el permiso de trabajo, lo cual no sucedió porque su esposo la abandonó y le creó una situación migratoria compleja.

Disomary sorteó su vida por varios lugares buscando ayuda en casas de acogida, personas la ayudaron y se compadecieron por un tiempo a cambio de labores de limpieza entre otros. Tras esa etapa volvió a las calles y se las arregló para bañarse en los baños de centros comerciales de la ciudad española y recorrió varios locales abiertos para poder dormitar. Hace poco decidió volver al aeropuerto donde los propios trabajadores la llaman «La niña de Cuba».

La cubana expone que las autoridades migratorias son las culpables ya que es esposa de un español y está convencida que podía tener su nacionalidad en pocos años. Las normas cubanas establecen que el cubano que permanezca más de dos años fuera de la isla pierde la residencia, pero no la ciudadanía, por lo tanto puede regresar al país sin ningún tipo de problemas. Por otra parte, la ley española plantea que el cónyuge de un nacional español puede solicitar la tarjeta para su residencia después de un año conviviendo con esa persona, si demuestra que sigue vigente el matrimonio y después de tres años pude optar por la ciudadanía, pero en el caso de la cubana se desconoce por qué no realizó ninguna de estas diligencias.

Plantea la pinareña de 49 años a Diario las Américas que en el aeropuerto se le acercan a cada rato hombres ofreciéndole dinero a cambio de sexo, lo cual le genera temor. En el aeropuerto español como ya la conocen y saben que no ofrece peligro alguno la dejan que duerma allí y los propios trabajadores junto a la Cruz Roja le llevan galletas, jugos y botellas de agua, referente a esto planteó: «Hay mucha gente que vive en el aeropuerto, no soy la única, mientras no robes y no hagas destrozos no te pueden echar de aquí. No estoy aquí por gusto, los trabajadores son muy buenos conmigo».


Ella suele sentarse con su única maleta y dos o tres bolsas plásticas en los bancos del centro y refiere que la Unidad Móvil de Emergencia Social va cada noche a llevarle algún que otro alimento para su nutrición. Quienes le preguntan que pretende hacer si obtiene su pasaporte, no refiere si va a volver a Cuba o si se quedará a seguir buscando una vida en el país europeo, solo suele decir: Empezar de nuevo, aunque de otro modo».


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *