“Ayúdanos a traerlo a casa”: familia cubana busca apoyo para repatriar a joven fallecido en Texas

Joven cubano fallecido. Foto: Perfil de Facebook de La Tijera

El pasado 9 de octubre, la comunidad cubana en Texas recibió una triste noticia: el fallecimiento de Eduardo Sotomayor, un joven cubano residente en Austin, cuya familia ahora enfrenta una dura realidad. Sin los recursos suficientes para cubrir los altos costos de repatriación, sus allegados iniciaron una campaña de recaudación de fondos para poder devolver su cuerpo a Cuba y ofrecerle una despedida digna.

Hasta el momento, no se han divulgado detalles sobre las causas del fallecimiento, aunque familiares y amigos confirmaron la noticia a través de redes sociales y medios locales. “Estamos pasando por un momento muy difícil, necesitamos ayuda para poder llevarlo de regreso a su tierra”, expresaron en mensajes difundidos en Facebook.


Colecta solidaria para la repatriación

Para canalizar la ayuda, la hermana de Sotomayor habilitó un número de Zelle (502-701-6076) a nombre de Midalsy Rodríguez Rico, con el fin de recibir donaciones que serán utilizadas exclusivamente en los trámites de repatriación. Quienes deseen contribuir deben colocar la palabra “Familia” en el concepto de la transferencia, de modo que los fondos puedan ser identificados fácilmente.

La iniciativa ha sido compartida en varios grupos de cubanos en Estados Unidos, donde decenas de usuarios expresaron su solidaridad y apoyo moral. En muchos casos, otros migrantes cubanos —que han pasado por tragedias similares— se ofrecieron a colaborar económicamente o a organizar rifas y actividades para recaudar fondos.

Un reflejo de una problemática común

El caso de Eduardo no es aislado. Cada año, decenas de familias cubanas en el exilio enfrentan el doloroso proceso de repatriar los restos de un familiar fallecido, una gestión que puede costar entre 8,000 y 12,000 dólares dependiendo del estado y de los trámites consulares.

Para muchos migrantes recién llegados, esos montos resultan inalcanzables, especialmente cuando viven con empleos precarios o sin estabilidad económica.

Organizaciones comunitarias y grupos religiosos de cubanos en Miami, Houston y Dallas han denunciado que el proceso de repatriación se ha convertido en un reto burocrático y financiero, agravado por las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, que complican la coordinación de servicios funerarios internacionales.


Otro caso similar en Colorado

El artículo de Periódico Cubano también menciona una tragedia paralela ocurrida en Colorado, donde Yeily Martínez Pérez, una joven cubana de 25 años, tuvo un accidente de tránsito y murió pocos días después que le diagnosticaran muerte cerebral. En el vehículo viajaban su esposo y su hijo de 23 meses; ambos sobrevivieron con heridas, aunque el impacto fue fatal para ella.

El accidente se registró alrededor de las 2:00 de la tarde en la autopista 30, a la altura del marcador de la milla 293, en el condado de Albany, al sur de Rock River. Según los reportes preliminares, un venado irrumpió de forma repentina en la vía, sorprendiendo a una familia que viajaba en su vehículo y que, pese a sus intentos, no consiguió evitar el impacto.

Yeily viajaba en el asiento trasero sin llevar puesto el cinturón de seguridad, mientras su hijo de apenas 23 meses, ubicado también en la parte posterior del vehículo, sí se encontraba correctamente sujeto en su asiento infantil. Su esposo, Frey Lara Hernández, resultó con fracturas en las costillas y otras heridas de consideración. En tanto, el pequeño sufrió un golpe en la cabeza, pero permanece en condición estable, según informaron las autoridades.

Según el reporte, la joven no llevaba puesto el cinturón de seguridad, mientras que el bebé viajaba correctamente asegurado en su asiento infantil. La familia también inició una campaña de donaciones a través de Zelle (305-724-1915) para cubrir los gastos funerarios y la repatriación del cuerpo a Cuba.

El peso del desarraigo y la solidaridad del exilio

Estas tragedias revelan una realidad poco visible del éxodo cubano: la muerte en tierra ajena y las dificultades para cumplir el deseo de muchos migrantes de “descansar en su país”. Los altos costos, los trámites consulares y la distancia emocional multiplican el sufrimiento de las familias.

En medio de ese dolor, la comunidad cubana en el exterior suele responder con una ola de solidaridad. En ciudades como Miami, Houston, Tampa y Austin, son frecuentes las campañas de recaudación, los eventos benéficos y las redes de apoyo entre compatriotas para cubrir gastos médicos o funerarios.

“Cada vez que un cubano muere fuera de la Isla, sentimos que perdemos una parte de nosotros”, escribió un usuario en redes sociales al compartir la campaña. “Por eso, ayudarnos entre nosotros no es solo un gesto económico, es una forma de mantenernos unidos en el exilio.”

Un llamado a la empatía

Mientras continúa la recaudación, los familiares de Eduardo Sotomayor reiteran su agradecimiento por las muestras de apoyo recibidas. Su prioridad es reunir el dinero necesario para cumplir el último deseo de su hijo: descansar en su tierra natal.

El caso ha generado una ola de mensajes en redes sociales, con usuarios pidiendo mayor apoyo institucional para familias migrantes que atraviesan este tipo de tragedias. La historia de Eduardo, como la de tantos otros, se convierte así en un símbolo del dolor, la esperanza y la unión de una comunidad que sigue tendiendo puentes entre el exilio y la Isla.


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