
Una embarcación cargada con más de 3.715 libras de cocaína —valoradas en aproximadamente 28 millones de dólares— fue interceptada por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) cerca de Government Cut, una de las vías marítimas más transitadas de Miami Beach, en un operativo conjunto con Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y Homeland Security Investigations (HSI).
El decomiso, realizado el pasado 2 de diciembre, marca un hito histórico: es la mayor incautación de cocaína hecha por una estación de botes pequeños de la USCG desde 1995. La ubicación de la operación —a solo dos millas de la desembocadura que separa Miami Beach de Fisher Island— subraya la peligrosidad de la actividad detectada en aguas muy cercanas a zonas residenciales, turísticas y comerciales de alto tránsito.
Cómo se descubrió el cargamento: una embarcación sospechosa y un K9 decisivo
La intercepción se inició cuando una tripulación de la estación USCG Miami Beach detectó una nave con patrones de navegación irregulares. Tras una inspección preliminar, los oficiales decidieron remolcar la embarcación hasta el muelle para un examen más exhaustivo.
Fue allí donde entró en acción un equipo canino de CBP-Air and Marine Operations (AMO). El perro detector hizo múltiples alertas en varias zonas del barco, lo que llevó a los agentes a localizar compartimentos ocultos altamente sofisticados que contenían más de 1.000 paquetes de cocaína que pesaban 3.700 libras finamente distribuidos para evadir los controles.
La tripulación de tres personas fue detenida de inmediato y entregada a autoridades federales para su procesamiento. Las identidades no fueron divulgadas, pero se espera que enfrenten cargos por tráfico internacional de narcóticos y conspiración.
«Interrumpir el contrabando marítimo de narcóticos de esta manera demuestra el poder del trabajo en equipo para proteger nuestra nación y responsabilizar a los criminales. Los contrabandistas deben ser advertidos de que nuestro equipo de gobierno completo está vigilando, y serán atrapados», comentó el director ejecutivo Andy Blanco, de la Región Sureste de Operaciones Aéreas y Marinas de CBP.
El corredor marítimo del Caribe: una ruta cada vez más disputada
La incautación ocurre en un contexto regional donde los grupos de narcotráfico han vuelto a fortalecer el uso de rutas marítimas cercanas al sur de Florida. El Estrecho de Florida, uno de los corredores acuáticos más vigilados del hemisferio occidental, continúa siendo un punto clave para el transporte de cocaína proveniente principalmente de Colombia y de zonas de acopio en el Caribe.
Aunque históricamente estos cargamentos se desplazaban a mar abierto en lanchas rápidas o semisumergibles, las autoridades han observado un incremento en el uso de embarcaciones recreativas adaptadas, diseñadas para mimetizarse con el tránsito náutico habitual de zonas como Miami Beach.
Este tipo de táctica permite a las organizaciones criminales acercarse más a la línea costera sin levantar sospechas, aprovechando la alta densidad de tráfico marítimo y la diversidad de embarcaciones que diariamente navegan por el área.
Una incautación récord que revela nuevas amenazas
Desde 1995 no se registraba en la estación de la USCG Miami Beach un decomiso de esta magnitud. Para las autoridades, el operativo no solo detuvo un cargamento millonario, sino que confirma que las organizaciones narcotraficantes están modernizando sus métodos de infiltración en zonas urbanas de alto valor estratégico.
El hallazgo de compartimientos ocultos altamente elaborados —algunos diseñados para resistir inspecciones de rutina y escáneres superficiales— refuerza la idea de que la embarcación no operaba de manera aislada, sino como parte de una estructura logística transnacional cuidadosamente coordinada.
«Esta fue la mayor incautación de cocaína en una estación de embarcaciones pequeñas de la Guardia Costera desde 1995. Proteger nuestras fronteras marítimas del tráfico ilícito de drogas y de las organizaciones criminales transnacionales sigue siendo una de nuestras máximas prioridades. La Guardia Costera y nuestros socios federales, estatales y locales de las fuerzas del orden permanecen vigilantes en nuestros esfuerzos compartidos para mantener seguras nuestras fronteras marítimas evitando que narcóticos ilícitos lleguen a nuestras comunidades», destacó el teniente Matthew Ross, comandante de la Estación de la Guardia Costera en Miami Beach.
El trabajo conjunto como herramienta frente al crimen organizado
Uno de los aspectos más destacados de este operativo fue la colaboración entre USCG, CBP y HSI, bajo un modelo de seguridad conocido como “whole-of-government approach”. Esta estrategia combina capacidades marítimas, aéreas, tecnológicas y de inteligencia criminal para atacar distintos puntos de la cadena del narcotráfico.
Voceros de la Guardia Costera enfatizaron que evitar que la cocaína llegue a tierra es una de las maneras más efectivas de debilitar el poder financiero de estas organizaciones, ya que interrumpe las ganancias inmediatas y evita que la droga alimente redes de microtráfico en ciudades estadounidenses.
Impacto en la seguridad local: una alerta para Miami-Dade
La cercanía del decomiso a zonas residenciales y turísticas plantea nuevos desafíos para las autoridades locales. Government Cut es un punto clave no solo para cruceros y embarcaciones comerciales, sino también para miles de visitantes que ingresan diariamente al área de South Beach.
Expertos en seguridad advierten que la presencia de cargamentos millonarios tan cerca de la costa incrementa el riesgo de violencia asociada al narcotráfico, posibles persecuciones marítimas en zonas concurridas y un mayor intento de infiltración en la infraestructura portuaria.
Una incautación que destaca frente a décadas de operaciones en Miami-Dade
Aunque Florida es escenario de grandes incautaciones de drogas desde los años 70, muy pocas han ocurrido tan cerca de la costa de Miami Beach, y menos aún con este volumen bajo la jurisdicción de una estación local de embarcaciones pequeñas.
Durante la llamada “era de oro del narcotráfico” en el sur de Florida, los años 70 y 80 dejaron decomisos masivos de marihuana y cocaína, como la famosa Night Train seizure de 1977, que marcó un hito en la lucha antidrogas. En los 90, las operaciones se trasladaron en su mayoría mar adentro, donde la Guardia Costera interceptó grandes cargamentos en alta mar, lejos de zonas urbanas.
Ya en tiempos modernos, los decomisos récord se han protagonizado por operaciones internacionales: en 2007, la USCG confiscó cerca de 20 toneladas de cocaína en mar abierto, y en 2025 logró descargar 76.140 libras de narcóticos en puertos estadounidenses tras múltiples operativos en el Caribe y el Pacífico, valorados en casi 500 millones de dólares.
Los próximos pasos de la investigación
HSI lidera ahora la investigación para determinar la procedencia exacta de la droga, la red responsable del envío y el destino final del cargamento. Se analiza si la embarcación formaba parte de una flotilla de tráfico organizada y si operaba bajo el método conocido como “drop-off”, que implica dejar la droga cerca de la costa para que otro grupo la recupere posteriormente.
Los tres detenidos permanecen bajo custodia federal y enfrentan cargos que podrían incluir tráfico internacional de narcóticos, conspiración y transporte de sustancias controladas.





