Régimen de Cuba promete vacaciones sin apagones para los turistas mientras su pueblo queda a oscuras y sumido en necesidades

El turismo, blindado ante apagones y carencias, mientras la población enfrenta una de las etapas más difíciles de los últimos años

Cuba atraviesa un escenario de tensión creciente, tras el apagón general que dejó sin electricidad a toda la isla el pasado 10 de septiembre y que aún mantiene a provincias como Pinar del Río, Granma y Guantánamo en penumbras, el régimen ha lanzado un mensaje inesperado: informando a los visitantes extranjeros que la crisis no afectará sus vacaciones en la isla.

Turismo blindado

El Ministerio de Turismo (MINTUR) emitió un comunicado en su cuenta de Facebook asegurando que “Cuba sigue siendo un destino seguro y confiable” y que los visitantes podrán “disfrutar plenamente de su experiencia turística”. Según la declaración, la mayoría de los hoteles y polos turísticos cuentan con plantas generadoras, combustible de reserva y personal especializado para mantener la normalidad en servicios básicos como aire acondicionado, piscinas, restaurantes y espectáculos nocturnos.


El ministro Juan Carlos García Granda reconoció que los cortes eléctricos afectan a los ciudadanos, pero subrayó que “los hoteles disponen de generación propia para suplir cualquier contingencia”, por lo que no se prevén interrupciones en la atención a los visitantes.

La otra cara: la vida diaria de los cubanos

Mientras el gobierno transmite seguridad a los turistas, millones de cubanos se enfrentan a un panorama radicalmente distinto. Los apagones prolongados interrumpen la distribución de agua, la refrigeración de alimentos y la vida laboral. En algunos barrios, las familias cocinan con hornos de leña improvisados, mientras que los niños reciben meriendas mínimas a base de sirope y mermelada por la escasez de productos básicos.

La declaración llega después de que el miércoles el MINTUR emitiera un mensaje similar, asegurando que “gran parte de las instalaciones hoteleras y de los servicios turísticos dispone de generadores y medios necesarios para seguir funcionando”, lo que, según el organismo, evitará que los cortes eléctricos repercutan en la actividad turística.

Las redes sociales se han convertido en un espacio de desahogo, con denuncias de ciudadanos que critican que el confort de los turistas se asegure por encima de las necesidades del pueblo. “Mientras ellos bailan en hoteles con aire acondicionado, nosotros estamos en la oscuridad”, escribió una usuaria desde Santiago de Cuba.

Un modelo económico dependiente

La estrategia gubernamental refleja la centralidad del turismo en la economía cubana. Tras el desplome de ingresos por exportaciones tradicionales como el azúcar y el níquel, y con el embargo estadounidense limitando opciones de financiamiento, el turismo se ha consolidado como la principal fuente de divisas.


No obstante, esta apuesta genera tensiones internas: la infraestructura turística suele recibir prioridad en inversiones, combustible y servicios básicos, mientras los hogares cubanos viven bajo racionamiento y escasez. Para muchos analistas, este desequilibrio profundiza la desigualdad entre visitantes extranjeros y ciudadanos locales.

Promesas oficiales de solución

El primer ministro Manuel Marrero Cruz aseguró que existe “una estrategia bien definida” para enfrentar la crisis eléctrica, aunque no precisó fechas ni medidas concretas. La Unión Eléctrica informó que parte del Sistema Eléctrico Nacional ya se encuentra en proceso de reconexión, pero reconoció que los daños estructurales en las centrales y la falta de combustible dificultan la recuperación total.

Durante una entrevista concedida en junio a El País, el ministro de Turismo Juan Carlos García Granda admitió que las interrupciones eléctricas no repercuten en la industria turística, pues la mayoría de los hoteles cuenta con plantas generadoras instaladas con apoyo estatal.

El panorama recuerda a crisis anteriores, como la de 2019, cuando también se reportaron apagones generalizados. Sin embargo, esta vez el colapso ha sido más prolongado y coincide con la temporada alta del turismo europeo, lo que explica la prioridad gubernamental en preservar la imagen internacional del destino.

Impacto social y percepción internacional

Mientras las autoridades buscan tranquilizar a los turistas, la percepción de la comunidad internacional sobre la crisis energética podría afectar las reservas futuras. Algunos reportes de visitantes muestran comprensión hacia la situación del pueblo, pero también preocupación por la inestabilidad del país.

A nivel interno, la disparidad entre lo que se garantiza a los extranjeros y lo que vive la población genera un sentimiento de abandono. “El turismo es la vitrina del país, pero detrás del cristal está la realidad oscura de los cubanos”, resumió un economista independiente consultado por medios digitales.


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