Bruno Rodríguez culpa a EE.UU. del colapso turístico mientras Cuba lucha por sobrevivir tras la devastación provocada por el huracán Melissa

Bruno Rodríguez en la ONU. Foto. Video de YouTube de Canal Caribe

Cuba vive días de angustia y caos tras el paso devastador del huracán Melissa, que dejó a su paso destrucción, apagones masivos y miles de personas sin techo ni alimentos en varias provincias del oriente del país. Sin embargo, en medio de la emergencia, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, ha centrado su discurso público en acusar a Estados Unidos de ser el principal responsable del desplome del turismo y de los males económicos que asfixian a la isla.

Un país devastado y un discurso desconectado

Mientras las imágenes de Santiago de Cuba, Holguín y Granma muestran comunidades enteras bajo el agua, hospitales colapsados y familias sin acceso a alimentos ni medicinas, el canciller cubano decidió enfocar sus declaraciones en la “guerra económica” de Washington.


En su mensaje —difundido a través de la televisión estatal y replicado en su cuenta oficial en la red social X—, Rodríguez aseguró que el gobierno de Estados Unidos “no solo prohíbe a sus ciudadanos visitar Cuba, sino que además intimida y amenaza a turistas de más de cuarenta países, especialmente de Europa y Canadá, para que eviten viajar a la isla”.

Según el jefe de la diplomacia cubana, esa política “de hostigamiento” forma parte del endurecimiento del embargo y busca “asfixiar la economía cubana e impedir el desarrollo del sector turístico, uno de los motores fundamentales del país”.

Una prioridad política en medio de la tragedia

Mientras el país enfrenta una de sus peores crisis humanitarias recientes, la Cancillería cubana ha concentrado su atención en el ámbito diplomático. En sus últimas declaraciones ante Naciones Unidas, Rodríguez agradeció el apoyo de países aliados que votaron contra el embargo estadounidense, presentando esa votación como una “victoria moral” del pueblo cubano.


“Agradecemos a los presidentes, primeros ministros, ministros de relaciones exteriores y compatriotas en el extranjero que nos han transmitido su apoyo tras la reciente victoria contra el bloqueo”, escribió en X.

No obstante, muchos observadores consideran que esa narrativa busca desviar la atención de la dramática situación interna. Las redes sociales se llenaron de críticas hacia el discurso del canciller, al que acusan de ignorar la realidad del pueblo. “En lugar de pedir ayuda internacional urgente o reconocer la falta de respuesta estatal, el gobierno sigue culpando al enemigo externo”, escribió un usuario cubano en X.

La otra cara: una nación sin luz, sin agua y sin respuestas

En los barrios más golpeados por el huracán Melissa, las familias viven entre el barro y los escombros. Testimonios desde Contramaestre y Palma Soriano describen escenas de desesperación: madres que no tienen qué darles de comer a sus hijos, hospitales sin medicamentos, y comunidades enteras sin acceso a electricidad tras la caída de postes y redes.

Las autoridades locales apenas han ofrecido cifras oficiales de víctimas o daños, y las promesas de reconstrucción se ven empañadas por la falta de recursos y la desconfianza ciudadana. “El gobierno habla de bloqueo, pero el bloqueo que más sufrimos es el interno”, dijo un residente de Santiago de Cuba citado por un medio independiente.

Realidad económica: el turismo colapsa y las causas son múltiples

Las afirmaciones del canciller se producen en un momento en que el turismo cubano atraviesa su peor crisis en décadas. Las cifras oficiales del propio Ministerio de Turismo muestran que la llegada de visitantes extranjeros sigue muy por debajo de los niveles prepandemia. Hoteles vacíos, falta de mantenimiento, escasez de alimentos básicos y combustible, y un servicio cada vez más deteriorado han alejado incluso a los viajeros que tradicionalmente elegían el destino caribeño.

Expertos consultados por medios independientes sostienen que el embargo estadounidense influye en la economía cubana, pero no explica la magnitud del colapso actual. “El problema no es solo el bloqueo; es la ineficiencia interna, la falta de inversión extranjera, la corrupción y un sistema económico centralizado que no permite la competencia”, señaló un economista exiliado en Miami.

Entre la retórica y la emergencia

La insistencia del régimen en atribuir la crisis al embargo de EE.UU. se repite como una estrategia política que busca mantener la narrativa del “enemigo externo” ante la comunidad internacional. Sin embargo, la población cubana enfrenta cada día los efectos de décadas de mala gestión, corrupción y decisiones económicas fallidas.

Mientras Bruno Rodríguez dirige su mensaje contra Washington, la realidad en la isla muestra otra urgencia: la necesidad inmediata de alimentos, medicinas, electricidad y reconstrucción. En ese contraste entre la retórica diplomática y el sufrimiento cotidiano del pueblo cubano se refleja, una vez más, la desconexión de un gobierno que prioriza su discurso ideológico antes que la atención a las víctimas.


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