Congresista cubanoamericano Carlos Giménez intensifica ofensiva contra represores cubanos y entregará nueva lista al Departamento de Seguridad Nacional

Alcalde de Miami Dade Carlos Gimenez- Foto de Instagram @mayorgimenez

El congresista Carlos Giménez, representante por Florida y una de las voces más firmes del exilio cubano en el Congreso de Estados Unidos, anunció que en los próximos días entregará al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) una nueva lista de presuntos represores del régimen comunista de Cuba que estarían viviendo actualmente en Estados Unidos, muchos de ellos en el sur de Florida.

Se trata de la segunda acción de este tipo emprendida por el legislador republicano en lo que va de año. Según explicó Giménez, la lista está compuesta por individuos que habrían mentido u ocultado su historial represivo al ingresar al país, y que presuntamente fueron parte activa de la maquinaria represiva del castrismo en la isla.


“Estos individuos participaron en actos de represión, persecución y violencia contra el pueblo cubano, y no pueden tener el privilegio de residir en una nación libre y democrática como los Estados Unidos”, expresó el congresista durante una intervención pública. “Nuestra comunidad ha sufrido demasiado como para permitir que sus verdugos caminen entre nosotros con impunidad”.

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Más de un centenar de nombres y un patrón creciente

Aunque Giménez no ha revelado públicamente los nombres que integran esta nueva lista por razones de seguridad e investigación, se estima que contiene más de 100 casos documentados. Los señalados serían exoficiales del Ministerio del Interior (MININT), miembros de la Seguridad del Estado, agentes de las Brigadas de Respuesta Rápida y otros colaboradores del régimen que participaron en actos de represión durante protestas, interrogatorios o procesos judiciales manipulados en la isla.

Muchos de ellos residen actualmente en ciudades como Miami, Hialeah, Tampa, Orlando y Naples, donde se han integrado a la vida cotidiana de la diáspora cubana, en ocasiones sin que sus vecinos conozcan su pasado.

Según fuentes cercanas al legislador, la recopilación de los nombres ha sido posible gracias a denuncias hechas por víctimas del régimen y organizaciones de derechos humanos, que han identificado a varios represores a través de redes sociales, grabaciones de archivos cubanos y testimonios directos.

Efectos de la primera lista: detenciones, deportaciones y autodeportaciones

Esta segunda acción de Giménez sigue los pasos de una primera lista entregada en marzo pasado al DHS, la cual ya produjo importantes repercusiones. Tras esa entrega, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizaron detenciones selectivas de individuos incluidos en el listado, y varios otros optaron por salir voluntariamente del país al saberse expuestos.


Entre los casos más notables se encuentra el de Daniel Morejón García, un exfuncionario del MININT arrestado en abril por ocultar su historial represivo. Este esbirro fue presidente de la Asamblea Provincial en Artemisa y formó parte del grupo de respuesta rápida de la dictadura que participó en la represión del 11 de julio de 2021. A principios de este mes terminó deportado a Cuba gracias a las denuncias de políticos, activistas de derechos humanos y la comunidad cubana del exilio.

Asimismo, Eduardo Velázquez Infante, alias “el Mayor Eduardo”, abandonó Estados Unidos antes de que se formalizara su proceso migratorio. También destaca Jorge Javier Rodríguez Cabrera, quien fue detenido en Nevada por sus vínculos con la élite del régimen cubano.

Apoyo bipartidista y advertencia al régimen

La ofensiva impulsada por Carlos Giménez ha recibido el respaldo de otros congresistas cubanoamericanos, como Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar, quienes han demandado acciones más contundentes del gobierno federal para evitar que violadores de derechos humanos encuentren refugio en suelo estadounidense.

“La lucha por la libertad de Cuba también se libra desde aquí, impidiendo que los represores se escondan entre las víctimas”, declaró Díaz-Balart en apoyo a la medida. Por su parte, Salazar recalcó que “no podemos permitir que quienes persiguieron al pueblo cubano usen las leyes de este país para vivir como si nada hubiera pasado”.

Giménez también ha usado sus redes sociales para enviar un mensaje claro al régimen cubano: “Los tentáculos del castrismo no tendrán impunidad aquí. Vamos a seguir identificándolos, expulsándolos y haciéndoles saber que la justicia los alcanzará”.

Un llamado a la comunidad exiliada

El congresista ha reiterado que la colaboración de la comunidad cubana en el exilio ha sido fundamental para identificar a estos individuos, y exhortó a que continúen reportando con pruebas a quienes hayan participado en actividades represivas.

“Es responsabilidad de todos mantener nuestra comunidad a salvo. Si usted conoce a alguien que en Cuba reprimía, torturaba, perseguía o colaboraba con los aparatos represivos del régimen y ahora vive aquí como si nada, denúncielo”, exhortó Giménez.

El legislador también aseguró que continuará entregando listas actualizadas al DHS y mantendrá presión sobre ICE para que realice investigaciones rigurosas que deriven en deportaciones cuando se compruebe el fraude migratorio.

Consecuencias migratorias y legales

De ser confirmadas las denuncias, los señalados podrían enfrentar procesos de revocación de residencia, expulsión del país por haber cometido fraude al momento de su entrada, o incluso ser procesados por haber cometido crímenes de lesa humanidad, aunque estos últimos son más difíciles de probar en tribunales estadounidenses.

La legislación migratoria vigente en EE.UU. permite que se revoquen beneficios como el parole, el asilo político o la residencia permanente si se demuestra que el solicitante mintió en su entrevista migratoria o escondió hechos relevantes para su admisión.

Un mensaje de justicia

La campaña de Carlos Giménez ha sido recibida con respaldo por amplios sectores del exilio cubano, que ven en estas acciones una forma de reivindicación moral y justicia histórica. Muchos consideran intolerable que personas que actuaron como verdugos del régimen puedan vivir en libertad en Estados Unidos mientras miles de víctimas continúan en el exilio o sufren represión en la isla. “Esta no es una venganza. Es justicia. Es memoria. Es responsabilidad histórica”, concluyó el congresista.


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