Matrimonios falsos entre cubanoamericanas y europeos son descubiertos por las autoridades en el sur de la Florida

Aproximadamente unas 20 cubanoamericanas contrajeron matrimonio con inmigrantes indocumentados de origen ruso y de otros países exsoviéticos; sin embargo lo que las impulsó a hacer esto, no fue el amor, ni la existencia de una relación verdadera, recogió El Nuevo Herald.


Una mujer de 59 años, Larisa de Lima, estaba detrás de estas operaciones, ella apoyada por familiares y reclutadores, ha sido inculpada de orquestar una de las mayores operaciones de matrimonios falsos en la historia del sur de la Florida.

En mayo pasado, fueron arrestados De Lima junto a su esposo Almir, y Milena Díaz, su hija, ellos servían como notarios en estos matrimonios fraudulentos, con el fin de que los europeos consiguieran un estatus migratorio legal en Estados Unidos.

El esposo y la hija se declararon culpables de confabulación y delitos vinculados. Milena Díaz fue sentenciada a seis meses de prisión, mientras que el padre, Almir, espera su condena.

De Lima aguarda bajo custodia federal sin derecho a fianza.

Anthony Salisbury, agente especial adjunto a cargo de investigaciones de Seguridad Nacional en Miami, dijo: “Era una operación muy organizada y lucrativa. Ella ganaba 20.000 dólares por caso”.


Los europeos le pagan a la mujer unos 25 mil dólares, ella se quedaba con 20 mil, y los restantes 5 mil eran el pago para las cubanas.

Antes de naturalizarse estadounidense, De Lima nació en Ucrania, y vivió en Brasil. Entre 2013 y 2015 llevó a cabo las operaciones de matrimonios falsos; cuando algunas esposas empezaron a cooperar con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, la líder de los fraudes quedó al descubierto.

De acuerdo a una fuente penal citada por El Nuevo Herald: “Las mujeres dijeron a las autoridades que De Lima y sus familiares ‘ponían en escena’ las bodas en su casa de Miami —con fotografías de la ceremonia y la recepción— y capacitaban a los esposos en las entrevistas para que pudieran completar las revisiones del Gobierno ‘sin que sospecharan de fraude’”.

Todas las bodas eran falsas, buscando engañar a los agentes de inmigración; y teniendo como fin que los falsos cónyuges e inmigrantes indocumentados obtuvieran la residencia en Estados Unidos.

No se sabe aún, si las cubanas involucradas en la farsa serán procesadas por fraude migratorio.

(Con información de Diario de Cuba)


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