Varias ciudades de Estados Unidos sienten una fuerte presencia de arañas gigantes

Varias ciudades experimentan un aumento considerable de la presencia de las arañas Jorō oriunda del este asiático. Con una presencia en la nación norteña desde el año 2013 los arácnidos muestran un crecimiento de gran magnitud y al parecer se adaptan fácilmente a los entornos climáticos del país.

Este último punto es lo que permite que se desplace con mayor facilidad en su avance hacia el norte desde Georgia. Según los expertos este tipo de arañas pueden alcanzar las 3 pulgadas de ancho y fabricar una tela de araña de hasta seis pies de ancho.


Según el estudio de la Universidad de Georgia que se publicó en Anthropoda las arañas gigantes están ampliando su habitad y no parece molestarles las condiciones desarrolladas por los humanos, a diferencia de otras de su especie. Los científicos consideran que estos animales dependen de las vibraciones de su red para tener en cuenta en qué momento deben atacar a sus presas.

El autor del estudio correspondiente, Andy Davis señaló algo al respecto. «Si eres una araña, dependes de las vibraciones para hacer tu trabajo y atrapar insectos. Pero estas telarañas de Jorō están por todas partes en otoño, incluso justo al lado de carreteras muy transitadas, y las arañas parecen poder ganarse la vida allí. Por alguna razón, estas arañas parecen tolerantes a las zonas urbanas”.

Millones de arañas existen ya en Tennessee, Carolina del Sur y del Norte y Georgia y algunos otros estados tienen algunos focos de estos arácnidos. La cuestión es que ellas pueden viajar hasta cien millas desde el lugar de donde nacieron. Esto es posible ateniendo a una red en forma de paracaídas que se crea después de la eclosión y que ayuda a desarrollarse.

En el estudio se aclara por qué la extensión se mantiene y es que según lo que se pudo apreciar del entorno de vida de las arañas Jorō son más adaptables que las demás. Esta especie a diferencia de las demás ataca en cualquier situación a sus presas, ya sean en lugares de mucho y poco tráfico. En las áreas concurridas no parecían tener problemas de salud ni pesar menos incluso.

Alexa Shultz, quien es coautora de la investigación y además estudia en el tercer año ecología dijo: «Parece que las arañas Jorō no van a rehuir construir una red debajo de un semáforo o en un área donde no te imaginas que estaría una araña». Este tipo de arañas tienen un metabolismo y un ritmo cardíaco diferente al resto que le permite adaptarse a las frías temperaturas del norte. Un ejemplo de ello es su habitad en Japón donde sobreviven a las bajas temperaturas y a la población urbana.


Según Davis el crecimiento acelerado de la Jorō no dependen de su agresividad, más bien son mejores que otras de su tipo. En otros estudios el científico reveló que posiblemente estas arañas sean las más tímidas que jamás se documentaron.

EL estudio aclara que las Jorō no representan un peligro para la población estadounidense ni para ninguna otra, ya que estas cuando aparecen los humanos se paralizan durante una hora a diferencia de los dos minutos que lo hacen otras arañas normalmente. Sus colmillos no son tan fuertes como para atravesar el tejido epitelial de los humanos por lo que es probable que continue repoblando el país.

A juicio de Alexa estos animalitos quedarán para siempre en el país: «No sé qué tan feliz estará la gente con esto, pero creo que las arañas llegaron para quedarse».


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