
El testimonio de una turista argentina que asegura que fue víctima de una estafa durante su estancia en La Habana ha vuelto a colocar en el centro del debate la experiencia de los viajeros extranjeros en Cuba, especialmente fuera de los circuitos turísticos más vigilados. El caso, difundido a través de redes sociales, se viralizó rápidamente y generó miles de reacciones encontradas.
La protagonista es Rocío Juanes, creadora de contenido en TikTok, quien relató que el incidente ocurrió en las inmediaciones del hotel donde se alojaba. Según su versión, una mujer se le acercó presentándose como trabajadora del establecimiento y le ofreció orientación para conocer la ciudad y comer en lugares “seguros” para turistas.
La construcción del engaño
De acuerdo con el testimonio, la mujer logró generar confianza al hablar con naturalidad sobre supuestas tareas dentro del hotel y recomendarle un sitio para comer langosta, uno de los platos más asociados al turismo en Cuba. El recorrido implicó caminar hacia zonas menos concurridas, lejos del flujo habitual de visitantes y empleados identificables.
“La mujer fue muy persuasiva. Me dijo que trabajaba en el hotel y me llevó a un lugar donde solamente había tres personas. A pesar de sentirme incómoda, acepté la invitación, pero luego me di cuenta de que me estaba llevando a un lugar alejado, donde la situación parecía muy extraña”, comentó.
Durante el trayecto, la supuesta trabajadora comenzó a compartir una historia personal marcada por dificultades económicas y terminó solicitando dinero para comprar leche para su hija. Rocío explicó que, aunque sospechó del relato, la presión del momento, la cercanía física y el hecho de encontrarse sola influyeron en su decisión de entregar cinco dólares.
“Yo no tenía opción más allá de que hubiera dado la plata. Estaba sola, me alejó de la plaza principal, me inventó una historia y cuando estuve entre la espada y la pared me dijo la cifra de plata que le tenía que dar para su hija que a chequear que exista. El tema está en el modo, terminé yendo a un lugar donde no quería ir, comiendo algo que no tenía ganas de comer para que al final me pida plata”, confesó Rocío.
@rocio.juanes Me engañaron en La Habana parte I #viajar #viajarporelmundo #viajarsola #cuba ♬ sonido original – Rocío
La confirmación de la estafa
El engaño quedó al descubierto cuando la turista regresó al hotel y consultó con el personal, confirmando que la mujer no trabajaba allí ni estaba vinculada al establecimiento. Aunque el monto entregado fue reducido, la joven subrayó que la situación generó incomodidad y una sensación de vulnerabilidad.
Lejos de dramatizar el episodio, Rocío afirmó que decidió continuar su viaje sin permitir que el incidente marcara negativamente su experiencia. Visitó distintos puntos de La Habana, interactuó con otros residentes y aseguró haber tenido vivencias positivas durante el resto de su estancia.
Viralización y reacción pública
El video original alcanzó una amplia difusión en TikTok y otras plataformas, provocando una avalancha de comentarios. Mientras algunos usuarios criticaron la falta de controles y advirtieron sobre prácticas recurrentes de estafa a turistas, otros contextualizaron el hecho dentro de la profunda crisis económica que atraviesa Cuba.
Ante las reacciones, la creadora de contenido publicó un segundo video en el que aclaró que su intención no era estigmatizar al pueblo cubano ni desalentar el turismo, sino alertar a otros viajeros sobre situaciones que pueden ocurrir cuando se confía en desconocidos.
@rocio.juanes ACLARACIÓNNNNN #viajar #viajarsola #cuba ♬ sonido original – Rocío
Un fenómeno recurrente en el turismo cubano
El artículo de Periódico Cubano señala que este tipo de engaños no es un hecho aislado. En los últimos años, turistas de distintas nacionalidades han denunciado tácticas similares, como personas que se hacen pasar por empleados de hoteles, guías improvisados o intermediarios que conducen a restaurantes no oficiales con precios inflados o solicitudes de dinero posteriores.
El artículo también recuerda un caso similar ocurrido en La Habana Vieja, donde un turista extranjero denunció haber sido estafado por un conductor de bicitaxi, uno de los medios de transporte más utilizados por visitantes en zonas históricas.
Según el testimonio, el conductor acordó inicialmente un precio bajo por un trayecto corto. Sin embargo, al finalizar el recorrido, exigió una suma muy superior a la pactada, argumentando supuestos cargos adicionales y aprovechando la confusión del visitante, que desconocía las tarifas reales y no hablaba español con fluidez.
El incidente, también difundido en redes sociales, provocó críticas sobre la falta de regulación visible de algunos servicios informales dirigidos a turistas y la ausencia de tarifas claramente establecidas en puntos de alto flujo turístico como La Habana Vieja.
Turismo, crisis económica y percepción internacional
El caso reaviva el debate sobre cómo la crisis económica en Cuba impacta en la experiencia turística. Expertos en viajes y visitantes frecuentes coinciden en que La Habana continúa siendo un destino atractivo por su patrimonio cultural y la hospitalidad de gran parte de su población, pero reconocen que la precariedad ha incrementado prácticas informales que pueden derivar en estafas.
Recomendaciones habituales incluyen no seguir a desconocidos, verificar siempre la identidad de quienes se presentan como trabajadores de hoteles, evitar intercambios de dinero fuera de canales oficiales y mantenerse dentro de rutas turísticas conocidas, especialmente para quienes visitan la isla por primera vez.
Una advertencia sin generalizaciones
El testimonio de la turista argentina no solo expone una experiencia individual, sino que funciona como advertencia para futuros viajeros y como reflejo de un fenómeno más amplio que afecta la imagen del destino. Al mismo tiempo, la propia protagonista insistió en diferenciar el episodio de la conducta general de los cubanos, a quienes describió mayoritariamente como amables y solidarios.
La historia, amplificada por las redes sociales, muestra cómo una experiencia aparentemente menor puede convertirse en un debate global sobre turismo, seguridad y condiciones sociales en Cuba.





