Una joven cubana que residía y trabajaba legalmente en Phoenix, Arizona, fue arrestada de manera sorpresiva por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) pese a contar con permiso de trabajo vigente y haber solicitado la residencia hace dos años. Su detención, ocurrida sin orden judicial conocida y sin notificación previa, la mantuvo durante un mes en un centro migratorio bajo condiciones duras. Actualmente se encuentra en libertad bajo fianza, pero con un grillete electrónico y restricciones de movilidad.
El arresto ocurrió al finalizar su jornada laboral. “Me detuvieron delante de mi trabajo, cuando iba saliendo en el parqueo. Me preguntaron si tenía papeles para trabajar, enseñé mi permiso de trabajo, tengo mi permiso de trabajo, mi ‘social’ y me detuvieron porque no tengo residencia, simplemente porque no me ha llegado la residencia que apliqué hace dos años”, dijo la mujer que prefirió mantener el anonimato.
Durante su estancia en detención, fue trasladada a un centro donde compartió espacio con otras mujeres bajo condiciones difíciles: temperaturas extremadamente frías dentro de los cuartos, alimentación deficiente y solo dos horas diarias al aire libre bajo el fuerte calor del verano de Arizona. “Había muchas, de muchas nacionalidades. Cuando entras el primer día lo pasas mal porque te dejan 12 horas en un cuarto frío donde los asientos son de aluminio, sin sábanas ni nada. Ahí te dejan durante 12 horas y ya hasta que pasas adentro. En el comedor, la comida no es muy buena», denunció.
La joven fue liberada hace unas dos semanas tras pagar una fianza de 6.000 dólares, una suma que su familia logró reunir con dificultad. Sin embargo, su libertad no es plena: porta un grillete electrónico en el tobillo y está limitada a un radio de una hora desde su domicilio, lo que afecta su rutina laboral y su estabilidad emocional.
«Me soltaron con grillete. No me puedo alejar a una hora de mi casa y tengo que esperar a ver la próxima cita y no sé cuándo me lo van a quitar. No tengo conocimiento de eso. Yo ya había hecho el asilo, tenía un permiso de trabajo por asilo y después me llegó el permiso de trabajo por residencia, el social, y me cerraron una Corte», agregó la fémina.
Actualmente, se encuentra bajo el estatus migratorio I‑220R, luego de haber pasado por los regímenes I‑220A e I‑220B. Estos formularios son utilizados por ICE para documentar la liberación de inmigrantes bajo supervisión, sin otorgarles un estatus migratorio formal. Aunque permiten vivir fuera de centros de detención, implican obligaciones estrictas, como reportes periódicos, grilletes y la amenaza constante de reaprehensión.
La abogada de inmigración Liudmila Marcelo señaló que este tipo de arrestos se han vuelto cada vez más frecuentes, especialmente tras la entrada en vigor de precedentes legales como el caso Matter of Q. Li, que ha endurecido los criterios para otorgar libertad bajo fianza. “Muchos de estos cubanos no tienen antecedentes penales y están en trámites legales, pero enfrentan una política que los trata como si ya fueran sujetos de deportación inmediata”, advirtió.
Este caso no es aislado. En los últimos meses, decenas de cubanos con I‑220A han sido detenidos por ICE en distintos puntos del país, en muchos casos durante sus citas de rutina. Organizaciones defensoras de derechos migratorios han denunciado una “ola silenciosa” de detenciones arbitrarias que afectan especialmente a quienes llegaron tras la reapertura migratoria posterior a la pandemia.
A pesar del miedo y la incertidumbre, la joven mantiene la esperanza de regularizar su situación. Su audiencia ante un juez migratorio está programada para las próximas semanas, pero asegura que el proceso ha dejado secuelas psicológicas y económicas difíciles de superar. “Tengo permiso de trabajo, he cumplido con todas las reglas, pero me siento tratada como una criminal”, expresó.
Su testimonio reabre el debate sobre el trato que reciben miles de migrantes cubanos en Estados Unidos, atrapados en un limbo legal donde ninguna de sus gestiones parece garantizar estabilidad. Mientras tanto, la aplicación de políticas más restrictivas, como la reinterpretación del “parole” bajo Matter of Q. Li, complica aún más el panorama para quienes confiaron en el sistema legal estadounidense para rehacer sus vidas.
Contexto: ¿Qué es el I‑220A y por qué hay tantos cubanos en esta situación?
El formulario I‑220A es una orden de libertad bajo supervisión que ICE entrega a muchos cubanos al ser liberados tras su ingreso irregular al país. Aunque no equivale a un “parole” ni otorga beneficios migratorios inmediatos, permite que el migrante permanezca en EE.UU. bajo ciertas condiciones mientras se procesa su caso. Sin embargo, no garantiza estabilidad y puede ser revocado en cualquier momento, como ha ocurrido con múltiples detenciones recientes.
Desde 2022, más de 400.000 cubanos han ingresado a Estados Unidos, y una gran parte de ellos ha recibido este tipo de documentos. Muchos han logrado emplearse, pagar impuestos y contribuir a sus comunidades, pero enfrentan un limbo legal agravado por cambios en la interpretación de la ley migratoria bajo diferentes administraciones.
Diversas organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han expresado su preocupación por el aumento de detenciones a cubanos con estatus I‑220A en Estados Unidos. “Lo que estamos viendo es una criminalización de personas que no han cometido delitos, que están trabajando, pagando impuestos y cumpliendo con las reglas impuestas por ICE”, afirmó Andrea Gómez, portavoz de la organización Americans for Immigrant Justice (AIJ), con sede en Miami.
Gómez alertó que los arrestos sin notificación previa violan principios básicos del debido proceso. “A muchos de estos migrantes nunca se les informa formalmente que tienen una orden pendiente. Son detenidos en sus citas o incluso en sus trabajos, sin que hayan incumplido ningún requerimiento legal. Es inaceptable”, sostuvo.
Desde la organización RAICES, con sede en Texas, el abogado Jorge Espinosa advirtió que los casos de cubanos con I‑220A se están manejando de forma irregular y discriminatoria. “Estamos viendo detenciones preventivas con fines punitivos. ICE está abusando de su discrecionalidad sin ofrecer alternativas razonables como monitoreo domiciliario o comparecencias judiciales programadas. El uso masivo de grilletes electrónicos no resuelve el problema: solo lo disfraza”, criticó.