Testimonio de una cubana que celebra 29 años que salió de Cuba en balsa: “Orgullosamente”

La conmovedora historia de una cubana que celebra 29 años de cuando decidió irse de Cuba en una balsa con tan solo 16 años.

Seis días de travesía, que llenaron a la adolescente de incertidumbre, ahora da su testimonio según cuenta como si hubiera ocurrido recién:


“Hoy hace 29 años que me fui de Cuba, hoy hace 29 años que dejé el país que me vio nacer y aunque ya han pasado 29 años. Lo recuerdo como si fuera hoy, mi última comida antes de despedirme de mi mamá, mis tías, mi tío Tony, mi hermano Yeniel y mi amada abuela. Recuerdo aún la ropa que me puse para irme en esa balsa que me esperaba en el espigón de Cárdenas por donde salió ese día un gran grupo”

“Emigrar de cualquier forma es triste pero solo el que se ha ido en balsa o en bote sabe lo triste que se siente ver cómo se va alejando la tierra mientras ves ese inmenso mar y piensas me tiro y viro nadando o continúo hacia lo desconocido. Es duro muy duro y créanme es más difícil para el que emigra que para el que se queda, el que emigra se pregunta: ¿qué pasará ? ¿Los volveré a ver? ¿Me ahogaré en la mar? ¿Qué será de mi ahora sin ellos? Nadie se imagina solo el que lo ha vivido lo puede contar, 6 días en ese inmenso mar sin rumbo a la deriva y pidiendo a un Dios, que aún no conocía, no me dejara morir”

“Apenas tenía 16 años, gracias a ese Dios de misericordia nos recogieron el día 28 de agosto a la 6 y algo de la mañana, vivimos la experiencia de ver un muchacho ahogado y no poderlo recoger, de oír gritos en la noche y no poder ayudar, ha sido la más duro de olvidar y encontrar balsas vacías al amanecer, nadie pero nadie se imagina cuanto dolor da el pensar quiénes eran y que no los pudiste ayudar, pienso en tantos que salieron como yo en agosto de 1994 y que no llegaron”.

“Aún recuerdo las palabras que oí por primera vez de un americano cuando nos recogieron en ese inmenso portaaviones y nos preguntó qué desean desayunar imagínense 6 días en ese mar sin comer solo bebiendo agua, lo único que hacíamos cuando nos recogieron era llorar y abrazarnos pues tuvimos la muerte muy cerca, sería muy larga la historia si contara todo lo vivido de ahí en adelante solo les puedo decir que estuve varios meses en la Base de Guantánamo donde por primera vez pude ver que todo lo que me decían de los americanos era mentira pues desde esa base empecé a sentirme una persona con derechos”

“Ver el respeto y la solidaridad de ellos para con nosotros fue para mi muy impresionante pues crecí creyendo que eran malos y eran el enemigo, pero aunque ha pasado tantos años y aunque amo esta gran nación y a su gente, siempre seré cubana y siempre amaré la tierra que me vio nacer, las añoranzas son muchas al igual que los recuerdos, espero con el favor de Dios ver mi Cuba como anhelo y poder estar con toda mi familia nuevamente algún día! ¡Feliz día a todos los balseros de agosto de 1994! ¡Orgullosamente balsera!”


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