Los hijos de los artistas cubanos, Remberto Ramírez y Marta Castellanos, nombrados César, Marcos y Ángel, comenzaron desde edades tempranas su formación en Cuba como bailarines, tras acudir como espectadores junto a su madre a una función del ballet «El Cascanueces», realizada en el año 2007 y quedar maravillados con esta forma de danza.
Como resultado de un fuerte entrenamiento, lograron ingresar a la Escuela Nacional de Ballet de Cuba y gracias a su talento y dedicación, la Rock School for Dance Education, escuela de ballet clásico ubicada en Filadelfia, en los Estados Unidos, les ofreció una oportunidad que no desaprovecharon, arribando a dicho país en el 2018.
Tres años más tarde, reciben varias propuestas, decidiendo Ángel formar parte de la compañía Atlanta Ballet, mientras que César y Marcos integrarían la de Los Angeles Ballet.
A pesar de la distancia los hermanos no han dejado de comunicarse y visitarse, pues siempre fueron muy unidos no solo en el ámbito profesional sino también en el ámbito afectivo. Sus características físicas son muy similares, tienen el mismo pelo, color de piel, estatura y complexión física, por lo que cuando actúan juntos es difícil distinguirlos.
Recientemente la agencia de noticias EFE dio a conocer que César, el segundo de los trillizos, fue contactado por el coreógrafo Chasen Greenwood, quien fuera homenajeado con la categoría de «Mejor Coreógrafo Joven» de la asociación de grupos de danza Regional Dance America Southwest, para protagonizar su obra «The Phoenix», un ballet que contiene una mezcla de elementos de películas de fantasía como Harry Potter.
Si bien su participación en dicha obra propicia su reconocimiento profesional, al margen de sus hermanos, el joven declaró que se trataba de un logro de los tres y que sus hermanos eran su principal motivación para continuar su trayectoria como bailarín.
El joven también manifestó que sus raíces cubanas le han permitido mostrar a él y a sus hermanos un estilo muy auténtico y que se sentía muy agradecido y afortunado de actuar en los escenarios estadounidenses.
La obra se estrenará el próximo domingo en Los Ángeles y César intentará, una vez más, dar lo mejor de sí mismo frente al público, en el cual estarán sus hermanos para apoyarlo y disfrutar de su éxito.
Su objetivo es representar a su país y ser el orgullo de sus hermanos y padres. Con respecto a ellos señaló: «Son el motor de mi vida y los aplausos que reciba son para ellos».
