Segurosos vestidos de civil vigilan las colas en La Habana, para evitar que la gente haga fotos o emita comentarios considerados «contrarrevolucionarios»

Un nuevo editorial del independiente diario digital 14yMedio denuncia cientos de agentes de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, vigilan las colas de La Habana este Fin de Año.

Según el periodista independiente Juan Diego Rodríguez, la idea es “detectar “comentarios contrarrevolucionarios» y señalar a los clientes “conflictivos”.


Aunque intentan pasar por desapercibidos, los segurosos se reconocen fácilmente, asegura el medio de prensa.

Una jubilada en una cola para comprar pollo en Belascoaín, reconoció desde el primer momento a un agente en la cola, que llevaba una gorra azul, ella admitió desde que lo vio pudo darse cuenta de que lo único que hacía era escuchar las conversaciones de los presentes en la multitud.

Poco después el reportero pudo comprobar que la mujer no se había equivocado, el hombre sospechoso se acercó una patrulla, y al momento los uniformados empezaron a hostigar a una pareja pidiéndole el carné de identidad, minutos más tarde se llevaron a una de las dos personas arrestadas.

Se supo que se le había ocurrido decir en medio de la cola, que “este fin de año no hay carne ni vergüenza en este país”.

A medida que el descontento crece, y el cubano va perdiendo el miedo, el régimen ha reactivado los actos de repudio contra opositores, y tiene montada una estricta vigilancia en las calles, tras los sucesos con el Movimiento San Isidro.


Un jubilado del municipio Plaza de la Revolución, contó a la prensa independiente, que las autoridades lo convocaron para “salir al paso a todo el que hable mal de los líderes y de la Tarea Ordenamiento” por estos días.

Una de las misiones que el Gobierno ha asignado a los jubilados, por ejemplo, es impedir que se fotografíen las colas, para evitar que luego las imágenes circulen en la red de redes.

“Cualquiera que veamos con el móvil haciendo una foto o grabando un video podemos llamar a la policía, porque tenemos potestad para eso”, explicó el pensionado.

Un cliente que intentaba comprar carne de cerdo el sábado, a 40 pesos la libra, en la calle 26, expresó que todo el mundo andaba en silencio “porque se sabe que” en las colas “hay muchos oídos indiscretos”.

“Hace un rato se llevaron a un joven detenido por hacer una foto y a una mujer un militante del Partido le gritó que se fuera del país si no le gustaba el esfuerzo que estaba haciendo la Revolución”, reveló.


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