Red de oro ilegal entre Colombia y Miami movió más de USD 24 millones antes de ser desmantelada

Las autoridades de Estados Unidos desarticularon una operación que movió más de USD 24 millones en oro puro oculto en piezas de cobre. El caso involucra a empresas en ambos países, supuestas asesorías legales y revela las dimensiones del comercio ilícito de metales preciosos.

Una investigación conjunta de la Fiscalía del Distrito Sur de Florida y agentes de Seguridad Nacional (HSI) dejó al descubierto un entramado de contrabando que operó durante más de tres años entre Colombia y Miami. En el centro del caso figura Beatriz Eugenia Hernández, una mujer de 57 años residente en Miami-Dade, acusada de liderar una red que habría introducido clandestinamente toneladas de oro a Estados Unidos entre 2018 y 2022 junto a su hermano Esteban Hernández y su hijo Carlos Mathias González.

El monto calculado por las autoridades asciende a USD 24,63 millones, lo que convierte a esta operación en una de las más significativas en materia de contrabando de oro hacia el mercado estadounidense en los últimos años.


Un método “sofisticado” para engañar a las aduanas

El esquema se basaba en ocultar cilindros de oro dentro de piezas de cobre, disfrazadas como conectores eléctricos o componentes hidráulicos. Estas piezas eran pintadas y etiquetadas con documentación falsa, lo que les permitía pasar los controles aduaneros en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA).

Una vez en territorio estadounidense, el oro era extraído y vendido a través de empresas registradas legalmente, entre ellas Admet LLC y The Binomial Company, que luego realizaban transferencias electrónicas a Colombia para completar el ciclo de blanqueo. Según los fiscales, se trataba de un plan diseñado para aparentar legalidad en cada fase del proceso: transporte, venta y retorno de divisas.

El error que desató la investigación

La investigación salió a la luz tras el anuncio del fiscal Hayden P. O’Byrne, quien estuvo acompañado por José R. Figueroa, responsable de HSI en la región, y por funcionarios de la Oficina de Operaciones de Campo de CBP. La parte acusatoria quedó en manos del fiscal auxiliar Zachary A. Keller, que ahora lidera los pasos legales que siguen en marcha.

El 9 de mayo de 2022 resultó decisivo. Ese día, agentes de aduanas retuvieron seis cajas enviadas desde la empresa Triagono SAS, en Colombia, declaradas como “conectores eléctricos”. La incautación coincidió con un mensaje de WhatsApp que Hernández envió a su hijo, alertándolo de que “los paquetes habían sido retenidos”.

El cruce de comunicaciones y la inspección de la mercancía permitieron confirmar las sospechas: dentro de las piezas de cobre había cilindros de oro ocultos. “La familia Hernández fue responsable de una red de contrabando que movilizó millones de dólares de oro disfrazado por el Aeropuerto Internacional de Miami”, dijo el Departamento de Justicia en un comunicado.


A partir de ese hallazgo, las autoridades estadounidenses lograron reconstruir toda la red de envíos irregulares, vinculando a Hernández, a su hermano Esteban y a su hijo Carlos Mathias con una cadena de operaciones financieras y logísticas que se extendió por al menos cuatro años.

Colaboradores y ramificaciones en Colombia

El caso no se limitó a la familia Hernández. Otros actores colombianos también fueron señalados, entre ellos Luis Villanueva Perdomo y Andrés Calero Castro, vinculados a la empresa Triagono SAS, quienes intentaron introducir joyería valorada en USD 25.000 desde Cali hacia Miami tres meses después de la incautación clave.

Este punto confirma, según la acusación, que se trataba de un esquema estructurado con múltiples participantes, y no de una operación aislada.

Defensa: “Creímos que era legal”

Los acusados aseguran que nunca actuaron al margen de la ley. Según su defensa, antes de iniciar los envíos consultaron a abogados en Colombia y Florida, quienes les habrían asegurado que el proceso de importación de oro estaba dentro de los marcos legales.

Este argumento es ahora el principal pilar de su estrategia judicial, con la que buscan que los tribunales reconsideren los cargos en su contra. Sin embargo, los fiscales insisten en que las pruebas —envíos camuflados, comunicaciones interceptadas y transferencias millonarias— demuestran la existencia de un plan de contrabando y lavado de dinero.

Un negocio global con epicentro en Miami

El caso refleja la magnitud del contrabando de oro en América Latina, un negocio que mueve miles de millones de dólares anualmente y que está asociado a minería ilegal, evasión fiscal y crimen organizado.

Miami, considerado un centro neurálgico para la importación de metales preciosos en EE. UU., se ha convertido en un punto estratégico para estas redes. De hecho, investigaciones previas han señalado que Colombia, Perú y Venezuela son los principales países de origen del oro que ingresa irregularmente al mercado estadounidense.

En 2019, por ejemplo, se documentaron casos similares de contrabando donde el oro también se camuflaba en cargamentos industriales, lo que muestra un patrón recurrente.

Autoridades e implicaciones judiciales

La acusación formal fue presentada por el fiscal auxiliar Zachary A. Keller, bajo la supervisión del fiscal federal Hayden P. O’Byrne, con la colaboración del agente especial José R. Figueroa (HSI) y oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

Los cargos presentados incluyen contrabando, fraude aduanero y lavado de dinero transnacional. De ser hallados culpables, los acusados enfrentarían largas condenas federales y la confiscación de bienes asociados al esquema.

Repercusiones

Este caso no solo expone las vulnerabilidades del comercio internacional, sino que también abre interrogantes sobre los mecanismos de control en las cadenas de importación de metales y la posible complicidad de empresas intermediarias.

Para los investigadores, el hallazgo de 2022 fue apenas la punta del iceberg de una red que probablemente se conectaba con otras operaciones ilegales en la región.

La operación de los Hernández logró introducir más de USD 24 millones en oro ilegalmente a Miami gracias a un sofisticado camuflaje en piezas de cobre. Fue desmantelada tras un error en 2022 y ahora se enfrenta a un proceso judicial que podría convertirse en un precedente clave contra el contrabando de oro entre América Latina y EE. UU.


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