En un inusual reconocimiento, el expresidente Donald J. Trump admitió públicamente que su política migratoria “muy agresiva” está generando consecuencias negativas en sectores esenciales de la economía estadounidense, como la agricultura, la hotelería y la construcción.
A través de un mensaje en redes sociales, Trump reveló que agricultores y empresarios del sector de ocio y hospitalidad han expresado su preocupación ante la pérdida de trabajadores con años de experiencia. “Esos trabajos están siendo casi imposibles de reemplazar”, escribió. Aunque reiteró su rechazo a la política de “fronteras abiertas” del presidente Joe Biden y culpó a esta por permitir la entrada de “criminales”, Trump reconoció que su propia política está alejando a trabajadores valiosos.
Esta admisión no pasó desapercibida. La congresista republicana María Elvira Salazar reaccionó rápidamente y afirmó: “El propio presidente Trump ha reconocido lo que muchos ya sabíamos: trabajadores que llevan años en este país, que han construido aquí sus vidas, están siendo deportados”.
Salazar denunció el impacto que esta situación ya está teniendo en la economía nacional y exigió al Congreso actuar con urgencia para ofrecer una solución real. Anunció que, junto a la congresista demócrata Veronica Escobar, presentará este mismo mes una propuesta legislativa bipartidista destinada a reformar el sistema migratorio con “soluciones concretas” y restaurar el orden en medio del caos.
“Estén atentos. La ayuda está en camino”, concluyó la representante por Florida, subrayando la necesidad de un enfoque equilibrado que proteja tanto la seguridad nacional como la estabilidad laboral de miles de familias.
