Orden que exige el dominio del idioma inglés para camioneros en EE.UU entró en vigor este 25 de junio

Una nueva orden ejecutiva del presidente Donald Trump, en vigor desde este martes 25 de junio, impone estrictos requisitos de dominio del idioma inglés a los camioneros que operen en Estados Unidos. La medida busca reforzar regulaciones ya existentes y se presenta como una estrategia para mejorar la seguridad vial en las carreteras del país.

La norma establece que todo conductor de camiones comerciales deberá ser capaz de leer, hablar y entender inglés de manera funcional. Esto incluye la habilidad de comprender señales de tráfico, responder preguntas de oficiales y completar formularios o reportes. A partir de ahora, inspectores del Departamento de Transporte podrán evaluar directamente el dominio del idioma durante controles en carretera.


En caso de que el conductor no supere la evaluación —la cual no permitirá el uso de traductores ni aplicaciones móviles—, será clasificado como “no apto” y no podrá continuar operando el vehículo. La empresa de transporte estará obligada a sustituir al conductor o resolver la situación antes de que el camión pueda volver a circular.

Además, las autoridades revisarán las licencias comerciales emitidas a personas no domiciliadas en EE.UU. para detectar posibles irregularidades en los procesos de obtención. Los conductores que no demuestren el nivel de inglés requerido podrían enfrentar la suspensión de su licencia profesional y la pérdida de su salario o empleo.

La medida ha generado gran preocupación entre comunidades de camioneros latinos, en especial entre los cubanoamericanos, quienes temen perder sus trabajos debido a barreras lingüísticas. Muchos expresan sentirse discriminados por una norma que, si bien no es completamente nueva, ahora impone consecuencias inmediatas y severas.

“Si no es el idioma que usas todos los días, puedes pensar: ‘¿Y si digo algo equivocado?’”, expresó un instructor de inglés en Nueva Jersey. Además, defensores de derechos civiles han advertido sobre el riesgo de discriminación por acento o nacionalidad, lo que podría afectar a trabajadores que llevan años cumpliendo funciones sin incidentes.

En ciudades como Laredo (Texas), Linden (Nueva Jersey) y Detroit (Michigan), organizaciones comunitarias han comenzado a ofrecer clases intensivas de inglés, materiales bilingües y guiones de entrenamiento para que los camioneros se preparen ante posibles inspecciones. “Estamos intentando apoyar a quienes han hecho del transporte su vida, pero ahora enfrentan una barrera que podría dejarlos sin ingresos”, explicó un coordinador de capacitación en Texas.


La Asociación de Camioneros ha cuestionado los datos que justifican la medida y advierte sobre el impacto económico y humano que podría tener en una industria ya afectada por la escasez de conductores. Sin embargo, asociaciones como la American Trucking Associations (ATA) y la Owner-Operator Independent Drivers Association (OOIDA) respaldan la iniciativa, señalando que la seguridad vial depende de que los conductores puedan entender señales, responder a oficiales y completar documentación oficial sin dificultades.

Esta política representa un cambio respecto a la guía adoptada durante la administración de Barack Obama en 2016, la cual permitía sanciones más flexibles y evaluaciones menos rigurosas. Con el regreso de Trump al poder, se han revocado esas disposiciones y se ha ordenado una implementación más estricta del requisito lingüístico, amparada en preocupaciones de seguridad nacional y vial.

La implementación de esta norma plantea un complejo equilibrio entre la necesidad de garantizar seguridad en las carreteras y la protección de derechos laborales y humanos de miles de conductores inmigrantes que mantienen en movimiento el sistema logístico de Estados Unidos.





















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