
Estados Unidos ejecutó un nuevo vuelo de deportación con 128 ciudadanos cubanos a bordo, que arribó al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, confirmando la continuidad y regularidad de las expulsiones dentro del actual marco de cooperación migratoria entre ambos países.
Según la información oficial del Ministerio del Interior de Cuba en su cuenta de Facebook, el grupo estuvo conformado por 106 hombres, 21 mujeres y un menor de edad, todos considerados migrantes en situación irregular en territorio estadounidense. La devolución se realizó en cumplimiento de los acuerdos migratorios bilaterales vigentes, un mecanismo que, pese a las tensiones políticas históricas, continúa funcionando de manera sostenida.
Más de 1,600 cubanos devueltos en 2025
Con este vuelo, suman 53 operaciones de devolución realizadas en lo que va de 2025, con un total acumulado de 1,663 ciudadanos cubanos retornados desde distintos países, de acuerdo con datos oficiales. Las autoridades cubanas informaron además que otros seis migrantes interceptados en el mar podrían ser repatriados en los próximos días, lo que elevaría la cifra anual a 1,669 devoluciones.
Estas cifras reflejan que el proceso de deportaciones se ha consolidado como un flujo constante, en un año marcado por una presión migratoria persistente y por un aumento de las salidas irregulares, tanto por vía terrestre como marítima.
Detenciones al arribo y situaciones legales complejas
El informe oficial señaló que una de las personas deportadas fue detenida al llegar a Cuba, debido a que se encontraba en libertad condicional cuando salió ilegalmente de Estados Unidos. Este tipo de situaciones suele estar asociado a incumplimientos de medidas judiciales o migratorias previas, lo que puede derivar en acciones legales adicionales una vez concretado el retorno.
En vuelos anteriores, las autoridades han confirmado la presencia de deportados con antecedentes penales, procesos judiciales pendientes o violaciones a condiciones de permanencia, factores que aceleran la ejecución de las órdenes de deportación por parte de las autoridades estadounidenses.
Un patrón que se consolida desde 2023
Desde la reanudación de las deportaciones aéreas hacia Cuba en 2023, los vuelos de retorno han mostrado una tendencia sostenida al alza. En noviembre pasado se registraron operaciones con más de 130 deportados, incluyendo un vuelo récord de 232 personas, el mayor desde que se retomaron estos traslados.
Este patrón coincide con una etapa de mayor rigor en la aplicación de la política migratoria estadounidense, especialmente en casos de personas con órdenes finales de deportación, entradas irregulares recientes o historiales criminales.
La actual administración se consolida como la que más cubanos ha deportado en las últimas décadas con 4775 que sumando los deportados de esta semana son 4883, le sigue la de Joe Biden con 978, Barack Obama con 341 y la de George Bush con 416 deportaciones.
Claves legales de las deportaciones de cubanos
Desde el punto de vista legal, los ciudadanos cubanos no cuentan actualmente con un estatus automático que los proteja de la deportación. Políticas especiales del pasado, como “pies secos/pies mojados”, dejaron de estar vigentes, y los casos se evalúan bajo las normas generales de inmigración.
En la práctica, las deportaciones se ejecutan cuando existen órdenes finales de remoción emitidas por jueces migratorios, incumplimientos de beneficios temporales como el parole o el asilo, violaciones a regímenes de libertad supervisada, antecedentes penales o reingresos irregulares tras salidas previas. Estas acciones son coordinadas por ICE, en el marco de los acuerdos migratorios bilaterales entre Washington y La Habana.
Advertencias oficiales y riesgos de la migración irregular
Las autoridades cubanas reiteraron su llamado a promover una migración regular, segura y ordenada, y advirtieron sobre los riesgos asociados a las salidas ilegales, especialmente por mar. En comunicados recientes, han insistido en que estas rutas ponen en peligro la vida de los migrantes y favorecen a redes de tráfico de personas.
Al mismo tiempo, analistas y organizaciones civiles subrayan que las causas estructurales de la migración cubana —crisis económica, deterioro de servicios básicos y falta de oportunidades— continúan empujando a miles de personas a intentar salir del país, incluso ante el riesgo de ser deportadas.
El impacto humano detrás de cada vuelo
Más allá de las cifras oficiales, cada vuelo de deportación representa historias personales marcadas por la ruptura familiar, la pérdida de proyectos y la incertidumbre. Para muchos retornados, el regreso forzado implica dificultades para la reinserción social, estigmatización y un futuro inmediato limitado en un contexto nacional profundamente golpeado por la crisis.
Mientras tanto, miles de cubanos que permanecen en Estados Unidos, muchos de ellos con procesos migratorios aún abiertos, siguen con atención el aumento de los vuelos de retorno, conscientes de que la deportación se ha convertido en una posibilidad cada vez más tangible.
Cierre editorial: una señal clara en un escenario cada vez más restrictivo
El nuevo vuelo con 128 cubanos deportados envía un mensaje inequívoco: las deportaciones se han consolidado como un componente central de la política migratoria actual. En un contexto de controles más estrictos y aplicación rigurosa de las órdenes de remoción, la cooperación migratoria entre Estados Unidos y Cuba continúa operando sin interrupciones.
Mientras no se produzcan cambios profundos en las condiciones que impulsan la migración ni se amplíen de manera efectiva las vías legales, los vuelos de deportación seguirán marcando la vida de miles de familias cubanas. Cada aterrizaje en La Habana no solo cierra un intento migratorio fallido, sino que abre un nuevo ciclo de incertidumbre, tanto para quienes regresan como para quienes aún esperan, del otro lado del estrecho, una oportunidad que sigue siendo cada vez más incierta.




