La muy esperada ley que permite a los cubanos comprar y vender autos llego al fin y sin lugar a dudas es un paso de avance al eliminar una prohibición absurda. La ley intenta legalizar la compra y venta de autos que ya existía y crea una fuente de ingresos para el gobierno cobrando impuestos sobre cada venta. Pero como hay cosas que en Cuba nunca cambian la ley viene acompañada de otras nuevas regulaciones que crean diferencias absurdas entre los cubanos y margina a un sector importante de la población. La ley solo permite a un grupo reducido de cubanos comprar un auto nuevo y bajo expresa autorización del Ministerio del Trabajo.
Los músicos, pintores y representantes de la cultura en general son parte del grupo privilegiado que podría comprar un auto nuevo en una agencia en Cuba, pero los campesinos, cuenta prosistas o cualquier otro ciudadano cubano aunque tenga el dinero no podrá ir a una agencia y comprar su auto nuevo. Otro grupo marginado es el de los médicos que cumplen misión fuera de Cuba, estos tampoco podrán tener un carro nuevo. La razón de estas limitaciones en la ley nadie las sabe, un funcionario fue cuestionado al respecto y se limitó a responder «así lo establecen los lineamientos del Partido Comunista». Al parecer el gobierno de Cuba no sabe hacer nada sin imponer regulaciones absurdas, la burocracia no les deja pensar de otra manera. El gobierno pretende seguir tratando de que no hallan diferencias sociales en la isla pero solo consigue agudizar estas diferencias a base de regulaciones sin sentido que benefician solo a un grupo privilegiado.
