
“A Emiliano, uno de los tres hijos de Elusipio, le habían dicho que Ismael había sido visto con la bicicleta robada, por eso el lunes pasado le localizó y alrededor de las 6:00 p.m. le trajo a su casa. Ismael, sin descubrir sus intenciones le acompañó”.
Luego del ataque con machete, “como media hora más tarde llegaron los policías”, continúa, “y ante la disyuntiva de detener al agresor o auxiliar al herido, perdieron un valioso tiempo que pudo haber repercutido en la salvación de Ismael, que sangraba sin detenerse conto un vecino que presencio lo sucedido a CubaNet.org.
“Cuando (los policías) se decidieron a trasladarlo al hospital, primero se pusieron a quitarle el asiento trasero a la patrulla (número 541), para evitar que se manchara de sangre y luego fue que lo montaron para socorrerlo”, dijo el vecino que negó ser identificado.
“Ya nadie se faja a los piñazos. Si en Cuba no estuvieran prohibidas las armas de fuego esto fuera un Oeste; hagas o no hagas, te pueden ajustar las cuentas”, comentó una de las asistentes al funeral del hombre asesinado.





