Miami Beach decidirá esta semana eliminar o no los pasos peatonales arcoiris de la ciudad ante presión del Departamento de Transporte de Florida

Foto: Video de YouTube de WPLG Local 10

El Ayuntamiento de Miami Beach se encuentra en el centro de un debate que ha trascendido lo local para convertirse en un tema de alcance estatal. Este jueves, los comisionados deberán decidir si cumplen con la orden del Departamento de Transporte de Florida (FDOT) de eliminar el paso peatonal pintado con los colores del orgullo LGBTQ+ en la intersección de la calle 12 y Ocean Drive, o si desafían esa medida arriesgándose a perder fondos estatales.

La decisión, aunque en apariencia técnica, ha encendido un fuerte debate sobre libertad de expresión, memoria histórica y derechos civiles en Florida.


El argumento oficial: seguridad vial

En un memorando emitido en junio, el FDOT justificó su decisión señalando que cualquier diseño en la vía pública que no sea estrictamente técnico podría distraer a conductores y peatones, generando riesgos de accidentes. La orden prohíbe expresamente símbolos considerados sociales, políticos o ideológicos.

Sin embargo, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, cuestionó esa postura. «Ni siquiera es un problema de seguridad porque en realidad se ha demostrado que son más seguros para los peatones», afirmó en declaraciones recientes.

Una respuesta ciudadana en las calles

La reacción de la comunidad no se hizo esperar. El pasado fin de semana, cientos de manifestantes marcharon por Washington Avenue con banderas arcoíris y pancartas en defensa del cruce, convertido en un ícono cultural y turístico de South Beach.

“Creo en la libertad de expresión… todos los derechos son derechos humanos”, dijo la activista Jo Manning. Otra participante, Karen Matroni, denunció que “están intentando borrar a la comunidad LGBTQ+”. Julie, otra residente, agregó que «Se trata de la primera enmienda. Se trata de la libertad de expresión y, por supuesto, se trata de la igualdad».

Un homenaje a las víctimas de Pulse

El cruce arcoíris fue inaugurado en memoria de las 49 personas asesinadas en el ataque al club nocturno Pulse de Orlando en 2016, uno de los episodios más dolorosos en la historia reciente de la comunidad LGBTQ+ en Estados Unidos.


Aunque el FDOT ya pintó la intersección de gris, vecinos y activistas han regresado a colorearla con tizas, en un acto simbólico que mantiene viva la memoria de las víctimas y reafirma la resiliencia de la comunidad.

Una batalla que se repite en otras ciudades

Miami Beach no es la única localidad en esta encrucijada. Fort Lauderdale, Delray Beach, Key West y Orlando también han recibido órdenes de eliminar sus pasos peatonales con la bandera del orgullo. En algunos casos, los gobiernos locales han iniciado acciones legales o administrativas para defender su autonomía y preservar los símbolos.

En Delray Beach, por ejemplo, líderes comunitarios denunciaron que la medida responde a un clima político hostil hacia la diversidad. En Key West, autoridades locales aseguraron que los cruces arcoíris forman parte de la identidad cultural de la ciudad, conocida mundialmente por su apertura.

Un símbolo con impacto económico y cultural

Más allá de su valor simbólico, los cruces arcoíris también tienen un impacto turístico. En South Beach, miles de visitantes fotografían a diario la intersección, compartiéndola en redes sociales como parte de la experiencia cultural de Miami. Comerciantes de la zona señalan que la eliminación del cruce no solo afecta a la comunidad LGBTQ+, sino también a la imagen cosmopolita de la ciudad.

“Los visitantes buscan autenticidad y diversidad. Quitar este cruce es mandar el mensaje contrario”, opinó un empresario de Ocean Drive.

Autonomía local vs. poder estatal

La votación de los comisionados de Miami Beach será vista como un pulso entre la autonomía municipal y el poder del gobierno estatal. Para muchos, la medida del FDOT se inscribe en un contexto más amplio de confrontación entre ciudades progresistas del sur de Florida y la administración estatal, que en los últimos años ha impulsado leyes y directrices que limitan la capacidad de los municipios en temas sociales, culturales y educativos.

De cumplirse la amenaza, Miami Beach podría perder financiamiento estatal para proyectos de infraestructura, un costo elevado que los comisionados deberán sopesar frente al valor simbólico del cruce.

Una decisión con resonancia nacional

El desenlace de este caso será observado de cerca en todo el país. Organizaciones de derechos civiles han advertido que la medida de Florida podría sentar un precedente para restringir expresiones artísticas y comunitarias en el espacio público.

Mientras tanto, en South Beach, residentes y activistas aseguran que, más allá de la pintura en el asfalto, la lucha es por la dignidad, la memoria y el derecho de las comunidades a expresarse libremente. “Si borran los colores, los volveremos a pintar”, resumió una manifestante durante la marcha del fin de semana.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *